La ordenanza de terrazas que pone en peligro la continuidad de muchas porque impone una importante distancia entre mesas y fachadas ha generado opiniones de todo tipo entre los vecinos y los hosteleros de Luanco. Eso sí, los consultados por este periódico para analizar el contenido de la nueva normativa aprobada el miércoles en el Pleno coinciden en que "cualquier medida que se tome ha de conciliar los derechos de vecinos y hosteleros".

"Es un asunto controvertido. Tiene que regularse, pero con más mano izquierda", explica Marcelo Alfaro, hostelero de la calle Ortega y Gasset, que no duda en que hay que dejar espacio en las aceras para que las personas mayores puedan caminar sin problemas. Además, lanza una propuesta: peatonalizar la vía -ya es semi peatonal. "Toda acción que se tome ha de estar supeditada a los vecinos", añade.

El presidente de la asociación de hosteleros de Luanco, Ramón Menéndez, deja claro que la normativa no le gusta. Y realiza apreciaciones: "La ordenanza debe analizar caso por caso porque en cada calle es diferente; no es lo mismo esta terraza -señalando para la suya ubicada junto al muelle viejo- que otras", destaca el presidente de los hosteleros, que considera también que es necesario conjugar los derechos de los vecinos y aplicar la ley de accesibilidad con la colocación de mesas y sillas. "Hay que dejar el paso a las personas con sillas de ruedas, por supuesto, eso es lógico", indica Menéndez.

La ley de accesibilidad dice en su artículo 9.2 que la distancia entre el local y la terraza ha de ser como mínimo de 1,20 metros. Manuel Martínez ve bien que se permita el paso aunque también considera que "que las terrazas son necesarias y más aún en un pueblo turístico". Tino Pizarro y Mari Rodríguez pasean con su nieto en carricoche por Ortega y Gasset y entienden que es "normal" que se permita un paso para sillas con ruedas. "También hay que tener en cuenta que las terrazas dan ambiente", manifiesta la pareja de luanquinos.

Un hostelero que se niega a dar su nombre carga contra la ordenanza: "Solo nos quieren para pagar y nada más, ahora el Ayuntamiento nos presenta una ordenanza que no convence a nadie". Entre tanto, la mayoría de los consultados coincide en que la adaptación a la normativa conllevará un tiempo y que será necesario conciliar el espacio ocupado por las terrazas con el paso de los vecinos.