Antonio Sabino, expresidente de la Cámara de Comercio de Avilés y miembro del comité bilateral hispano-cubano para temas económicos y comerciales, vislumbra un escenario "ilusionante" para las empresas asturianas en Cuba después conocer datos en una reunión celebrada hace unos días en Madrid del órgano que regula las relaciones mercantiles entre España y la isla caribeña. Las autoridades cubanas presentes en el encuentro convinieron que, ante la avalancha de inversores extranjeros que se esperan en Cuba a partir de ahora, las empresas españolas que han "estado a las duras" -es decir, apostando por el desarrollo cubano en los años difíciles del bloquero- serán miradas con preferencia ahora que hay expectativas más favorables. En ese ramillete de empresas con larga trayectoria en Cuba "hay al menos una decena de asturianas", según asegura Sabino.

Las oportunidades más claras que brinda la economía cubana, com explica el empresario avilesino, "tienen que ver con el sector del turismo, la generación de energía y las infraestructuras, lo cual es tanto como decir que cualquier empresa tiene futuro en Cuba porque el desarrollo turístico comprende desde construir hoteles y carreteras a dar de comer y transportar a decenas de miles de personas".

La reunión de la bilateral hispano-cubana en Madrid sirvió para analizar los movimientos habidos en la isla tras la decisión de Estados Unidos de restablecer los vínculos comerciales con la isla, una medida histórica que ha disparado el interés mundial por Cuba. No obstante, Sabino es partidario de moverse con cautela: "No deja de ser un país en vías de desarrollo, con todo lo que eso implica en términos de garantías de pago y plazos para recuperar las inversiones". La delegación cubana arrancó del Gobierno español la entrega a cuenta de una partida extraordinaria de 90 millones de euros y el compromiso de que cuando Cuba comience a amortizar esa ayuda, las cuotas devueltas sean capitalizadas en forma de nuevas inversiones empresariales; es decir, que se conviertan en ayudas a la implantación de empresas españolas en territorio cubano.

Así mismo, los responsables económicos cubanos solicitaron de las empresas españolas una moratoria de entre diez y doce meses para el pago de deudas pendientes. Esta medida es consecuencia de una serie de circunstancias que han dañado la economía cubana en el último año: el desplome del precio del níquel (un mineral del que Cuba es exportador), la mala campaña azucarera y el cierre del grifo de las ayudas venezolanas que recibía el Gobierno de Castro, toda vez que la economía de la nación sudamericana está en un momento crítico. "Las pymes somos las que más sufriremos este contratiempo, forzado por las circunstancias; confiamos en que sea una situación coyuntural y acabe imponiéndose el gran potencial de desarrollo económico que tiene Cuba", concluyó Antonio Sabino.