Las 1.700 cabezas de ganado bovino que hay en el concejo pasan estos días por la campaña de saneamiento que organiza cada año el Principado de Asturias, a través de la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales. "Esta campaña es algo positivo para nosotros, porque saber que los animales que tienes están sanos es algo bueno, para nosotros y para el consumidor", explica José Luis González, que pasó este martes la inspección del Gobierno regional en su explotación de Santa Mariña, en Solís.

Estos días el Principado realiza dos pruebas, la primera para detectar la tuberculosis, cuyo control diagnóstico se extiende a los animales de edad superior a las seis semanas y, la segunda, para diagnosticar la brucelosis bovina, que se aplica al ganado vacuno de doce meses en adelante. "El otro día me analizaron 143 cabezas de ganado. Espero que los resultados salgan bien", señala Juan Carlos Rodríguez, que tiene su explotación en Campañones.

Ambos están en el sector lechero y los problemas de las explotaciones en Corvera no vienen precisamente de la enfermedad. "La cosa pinta mal. El litro de leche no deja de bajar. Lo poco que se gana hay que invertirlo en la explotación y ahora lo que estamos haciendo es gastar los ahorros que teníamos acumulados", afirma González.

Los ganadores afirman que los cierres no dejan de sucederse. "Cabezas de ganado hay en el concejo, pero explotaciones han cerrado muchísimas. Antes, en esta zona todo el mundo tenía ganado de leche y ahora quedamos media docena", señala González. La de González no es una explotación grande, con medio centenar de vacas. "Ahora, he bajado producción, pero he llegado a los 250.000 litros de leche, una explotación pequeña, aunque más grandes que las que han ido cerrando que eran de ocho o diez vacas", explica el profesional del sector lácteo.

"Seguimos peleando para ver si esto levanta; pero, si no lo hace, muchos estamos abocados al cierre", sentencia José Luis González. El ganadero explica que muchas veces los cierres han sido por falta de relevo generacional. "La gente joven no se anima, porque ven lo que hay. Hay mucho dinero metido en la explotación, pero para vivir el día a día es complicado", señala, pero añade que la mayoría de esos cierres es porque las explotaciones no son productivas. "Con el precio que nos dan y todo lo que requiere la producción, la maquinaria, el trabajo, la alimentación de las vacas, es imposible. El pienso, por ejemplo, mientras la leche baja, cuesta ocho veces que hace unos años", remata Rodríguez.

El trabajo en una ganadería no da lugar al descanso. "El horario es de seis de la mañana a once de la noche y el cuerpo no lo lleva y no se gana nada. Todos son gastos, lo que compras cada vez cuesta más y lo tuyo no lo valora nadie. Llevo 45 años en esto y dan ganas de dejarlo", sentencia Rodríguez. "Los que estamos sin personal externo hay que estar trabajando hasta que acabemos, todos los días, y si se pone una vaca de parto, pues tienes que quedarte la noche en vela. Todo eso no se valora", añade José Luis González.

Además, los ganaderos no saben por donde les puede venir un nuevo problema. "Yo tengo recría, lo que hago es criar las hembras que nacen de mis vacas, así que no tengo ejemplares de otras explotaciones. Si en este análisis sale alguna enferma sé de donde viene, de los jabalíes que andan sueltos por aquí, fozando en el vertedero de al lado y que luego vienen a mis maizales", explica el ganadero de Campañones.

Sea como sea, los ganaderos de Corvera quieren seguir viviendo de lo suyo, en lo que llevan "toda la vida" y seguirán luchando por sacar adelante sus negocios.