"Están locos". Esta opinión que muchos ciudadanos pueden expresar cuando ocurre un acto terrorista no es más que el intento de analizar con ojos occidentales episodios vinculados al mundo islámico. Así lo explicó ayer Federico Aznar Fernández-Montesinos, oficial de la Armada, especialista universitario en cultura, religión y civilización musulmana, experto también en relaciones entre España y el norte de África, doctor en Ciencias Políticas... Y el ponente encargado de abrir el ciclo de conferencias "La aventura de conocer" en el Centro de Servicios Universitarios.

Conocer las raíces, afirmó, es fundamental para comprender -que no justificar- el problema. "Para los occidentales el eje de referencia es el individuo, y el principal de los valores la libertad. Pero no siempre ha sido así, a Tomás Moro lo ejecutaron por defender la libertad de pensamiento. La esencia de Occidente es la duda; los valores del mundo islámico, la comunidad y la justicia", explicó. Por eso, genera confusión la aproximación de mundos. "El Islam es una religión de 1.200 millones de personas, de países que están en los cinco continentes. Y no hay unidad de doctrina ni de jerarquía, no hay un solo Islam, hay diferentes tipos de Islam", puntualizó Aznar. Por eso, ni Islam es igual a mundo árabe, ni tampoco a terrorismo.

Las Primaveras Árabes, explicó el experto, fueron fruto de la crisis económica. El dinero que engrasaba los modelos de estado construidos con paráemtros occidentales en los países del norte de África dejó de fluir y comenzó la agitación. "Son sociedades que viven de Occidente. En algunos casos, aceptar el islamismo evitó que se produjera la radicalización, pero como consecuencia de esta se produjo un movimiento, el salafismo, que ya existía", pero que ahora es diferente y sigue literalmente la palabra del Corán.