"Un concierto de jazz en el cementerio no me parecería oportuno, pero un repertorio litúrgico y adecuado no tiene por qué molestar a nadie. Con la música también se honra a los difuntos", defendió ayer el arcipreste de Avilés, Vicente Pañeda, que lamentó que el primer recital de la Banda de Avilés en el cementerio de La Carriona ocasionara quejas entre algunos fieles por "poco apropiado". "Las cosas hay que contextualizarlas y, en este caso, el concierto coincide con la fiesta de Todos los Santos", dijo.

Si bien la actuación de la centenaria agrupación musical no fue del agrado de todos los avilesinos, las mayores protestas las recibió la recreación de las tradiciones y leyendas asturianas relacionadas con la noche de Difuntos que se celebró el sábado. Y es que muchos fieles no vieron con buenos ojos que el principal punto de enterramiento de la comarca se convirtiera en escenario de una actividad vinculada con la recuperación de las tradiciones asturianas, y así se lo han hecho saber a varios párrocos.

Concretamente, se celebró una visita guiada en la que los conductores de la misma se ataviaron para la ocasión, con el objetivo de explicar gráficamente a los espectadores conceptos como los de "huestia". Dicha actividad coincidió con uno de los días de más actividad en el cementerio, ya que muchos vecinos aprovecharon la tarde del sábado para acercarse hasta el camposanto y adecentar y adornar las tumbas de sus seres queridos. Al llegar se encontraron con el grupo que recorría el cementerio siguiendo las explicaciones de los guías. La actividad se desarrolló de forma ordenada y respetuosa, pero no fue del gusto de todos por el escenario elegido para ella.