Fomentar los trasplantes renales de donantes vivos es una "asignatura pendiente de los trasplantes en España", pero la administración asturiana y los profesionales sanitarios quieren que sea una práctica cada vez más habitual. Según indicó ayer el consejero de Sanidad, Francisco del Busto, en este año se han realizado -hasta el mes pasado- 35 trasplantes renales, y sólo cuatro de ellos han sido de donante vivo. "Hay que seguir trabajando en esa línea, que requiere más solidaridad de un ciudadano hacia un familiar o un amigo". No obstante, el consejero se mostró optimista. "Es una práctica que está llamada al éxito. Y es que en cuestiones de trasplante España va en cabeza y ha demostrado en los últimos 25 años que en eso no nos enseña nadie". Además, añadió, Asturias está en las cotas máximas de trasplante.

También el jefe de la sección de Nefrología del San Agustín, José María Baltar, rompió una lanza en favor de este tipo de trasplante. Y defendió programas de educación que comienzan en los propios médicos y que llegan a la sociedad en general para que se vea "como la mejor opción para el tratamiento sustitutivo renal".