Basilio Sobrecueva fue el encargado de construir el reloj que desde hace 138 años preside el Instituto Cristo del Socorro de Luanco, en plena plaza de la villa. Fue el único reloj monumental que salió de su taller en Corao, en el concejo de Cangas de Onís, según la información que maneja el historiador local Ignacio Pando. La maquinaria que hace andar a este medidor del tiempo ha recibido varias subvenciones a lo largo de su historia, la última una de la Consejería de Cultura, que permitió sanear el castillete sobre el que está montado y la propia maquinaria. Entonces no se pudieron abordar otras mejoras como los mecanismos de ese reloj construido en 1878. Ese medidor del tiempo es uno de los principales elementos del IES de Luanco en los que el Ayuntamiento se ha fijado para solicitar la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC).

El concejal de Cultura y Patrimonio, Manuel Hernández Barrios (PSOE), detalló ayer que el servicio de Patrimonio regional ha reclamado al concejo la presentación de una memoria justificativa para conseguir esa distinción y a su vez una planimetría del centro educativo. "El historiador local Ignacio Pando y la oficina técnica, respectivamente, están ultimando los detalles de ambos documentos reclamados para presentarlos antes de que finalice el año al servicio de Patrimonio", destacó el edil del gobierno gozoniego (PSOE).

Hernández Barrios explicó además que el edificio levantado en 1869 gracias al interés de Mariano Suárez-Pola ya goza de un grado de protección integral al estar incluido en el catálogo de urbanismo municipal y también figura en el inventario de patrimonio arquitectónico de Asturias, así como en el inventario de la mancomunidad del cabo Peñas. "Ahora queremos conseguir una categoría superior de protección", apostilló el concejal de Cultura. Actualmente, la iglesia de Santa María de Luanco, el casco urbano de la villa, el Palacio de los Menéndez-Pola y la iglesia románica de San Jorge, en Manzaneda.

Las escaleras de caracol, que suponen el único acceso a la sala del reloj y ubicadas en el despacho de la dirección del centro, fueron renovadas hace exactamente veinte años. En 2006, las escaleras sufrieron varios problemas estructurales derivados de su precaria estado de conservación, que derivó en su casi inutilización. Hoy en día, las escaleras de caracol están en buenas estado teniendo en cuenta la labor municipal en la desinfección, tratamiento revitalizante de la madera y refuerzo de los apoyos. Otra de las "joyas" del instituto luanquín es un monumental mueble construido por un ebanista local en 1905 para alojar la biblioteca del centro que, tras ser eliminada la carcoma y restaurado en líneas generales, presenta un buen estado de conservación, pese a tener más de un siglo de vida.

Con estos mimbres históricos, el concejo confía en que Patrimonio conceda el bien de interés cultural al IES luanquín.