Dos mil pulseras. Éste es el objetivo de Desiré Artidiello, madre de Safya, una niña avilesina de cinco años, que padece una dolencia congénita cardiaca, que le afecta "a la parte eléctrica del corazón". Esta enfermedad hace que la pequeña Safya sufra arritmias, y también puede provocarle muerte súbita, por lo que su familia intenta conseguir, por todos los medios, dos desfibriladores. El primero de ellos sería para tener en su casa, y el segundo para el colegio San Nicolás de Bari, centro en el que estudia la niña. "Un aparato de estos ronda los 1.600 euros. Como no podemos costearlo, llegamos a un acuerdo con la empresa que los distribuye por el que, si vendemos 2.000 pulseras, nos los donarán", aseguró Artidiello. Las pulseras podrán ser adquiridas en diversos comercios del centro de Avilés.