Los trabajadores de la firma Indemesa han llegado a una acuerdo con la empresa para la extinción de sus contratos tras comprobar que no existen vías para reflotar la firma. La plantilla espera ahora a que un juez apruebe ese acuerdo para poder desvincularse de la compañía, que ha cerrado apenas un año después de expandirse en una nave de la margen derecha de la ría avilesina. En medios sindicales sostienen que Indemesa, con sede social en Gijón, no consiguió sacar adelante un contrato millonario para suministrar vagones a una firma alemana. "El primer vagón no consiguió superar las pruebas mínimas de calidad que requerían en Alemania. Más adelante parece ser que sí, pero entonces se produjeron una serie de problemas burocráticos", explicaron fuentes sindicales.

Como adelantó ayer este periódico, Indemesa ha echado el cierre tras entrar en un concurso de acreedores. Dedicada al diseño, ingeniería, fabricación y montaje de bienes de equipo, llegó a superar los 180 trabajadores, según explicaron recientemente fuentes de la propia compañía. Los ajustes comenzaron ya hace meses, cuando dejaron de renovar contratos eventuales y por obra. La compañía asturiana argumentó entonces que estaba intentando superar el bache derivado de la cancelación de un pedido de un millar de vagones de transporte, por el que reclamaba a una compañía alemana unos 2,7 millones de euros. Fue ese encargo el que llevó a Indemesa a expandirse en Avilés, en la nave que ocupó la firma valencia Ros Casares. El proyecto de los vagones se publicitó "a bombo y platillo", de ahí la sorpresa que ha generado la deriva de Indemesa en medios sindicales y empresariales. La inauguración oficial de la instalación tuvo lugar el 20 de octubre de 2015 y contó con la asistencia de representantes políticos, empresariales y sindicales. La compañía había cerrado el ejercicio anterior con una facturación de 40 millones y el ritmo de crecimiento anual rondaba el 20%, según explicaron entonces sus propios gestores, que decían tener problemas para encontrar caldereros y soldadores.

"Tenemos que asistir a otro cadáver empresarial. Creíamos que esta empresa iba a ser una de las punteras del entorno de la ría de Avilés, que así fue como se vendió. Incluso sus responsables llegaron a decir públicamente que no encontraban mano de obra cualificada", señaló el secretario de política sindical y sectorial de MCA-UGT, Javier Campa. Para el ugetista, "se ha venido a bajo un proyecto que se estaba vendiendo a bombo y platillo". "Es una desgracia y los que están perdiendo su sustento son los trabajadores", añadió Campa.

Desde CC OO incidieron en que "todo lo que sea pérdida de empleo es una mala noticia, más aún cuando estamos hablando de una empresa que generaba actividad de alto valor añadido, muchos recursos, empleo y expectativas". Indemesa se fundó en 1984. Su principal actividad era la fabricación así como el diseño, ingeniería y el montaje de bienes de equipo, intercambiadores de calor, aerorefrigeradores y estructuras metálicas en un amplio rango de aleaciones.