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JAVIER GARCÍA | Economista, socio fundador de Instituto CIES

"Avilés tiene que aspirar a ser la referencia tecnológica en Asturias"

"O apostamos por la conexión entre tecnología, industria y digitalización o estamos fastidiados; con otra cosa tiraremos el dinero por el desagüe"

Javier García, en el barrio de Sabugo. MARA VILLAMUZA

El economista avilesino Javier García, accionista y consejero del fondo tecnológico de capital semilla Atlantis y socio fundador de Instituto CIES, es el encargado de la asistencia técnica del plan de emprendedores que tiene en marcha el gobierno local. Asesor externo de varias compañías, desde pequeñas a multinacionales, su negocio se ha especializado en los últimos años en rondas de financiación de empresas innovadoras, que buscan la entrada de socios a través capital nacional e internacional. García tiene también entre manos un libro sobre la burbuja emprendedora, que verá la luz en 2017. Comienza la conversación con el principal reto de Avilés.

-Cada vez más, las grandes compañías participan en compañías jóvenes, nuevas pero con tecnologías y equipos diferenciales. En vez de financiar internamente proyectos de I+D buscan fuera a quien tiene esas tecnologías que necesitan y pueden rentabilizar. Cada vez hay más gente dispuesta a invertir su dinero en compañías reales, jóvenes, que pueden dar el salto. Empresas tractoras impulsan a las pequeñas, y eso crea mucha riqueza.

-¿Ahí está el reto de Avilés?

-Es un reto tremendo y muy importante. ¿Qué hacía antes un empresario que tenía liquidez? Acababa invirtiendo en ladrillo. Hoy el ladrillo no genera una rentabilidad relevante. Ahora, está viendo a jóvenes empresas, con potencial que le aportan una forma de rentabilizar su dinero y sus propios negocios. Esto es bueno porque la clave es crear ecosistemas, una red entre centros tecnológicos, empresas grandes y pequeñas. Eso es lo que tenemos que construir. Esta crisis nos ha traído un cambio de mentalidad empresarial en este sentido, y el exceso de liquidez que hay ahora mismo en los mercados financieros hace que sea una opción invertir en empresas jóvenes. Eso hay que aprovecharlo a nuestro favor, como ciudad.

-¿Cuáles son las claves de ese plan de emprendedores?

-La primera que Avilés no puede ser una isla en el plan de emprendedores y tiene que buscar su diferenciación. Observamos que hay un cambio muy interesante. En términos relativos, la industria asturiana ha perdido peso con esta crisis, ha tenido un proceso de reajuste importante y, en cambio, en la avilesina hay un 54 por ciento más de personas empleadas hoy que en 2007. Avilés ya tenía pasado industrial y cada día es más sólido.

-¿Y cómo se explica?

-En la concentración de una serie de empresas industriales de Avilés que están vendiendo en mercados globales y productos que cada vez tienen más valor. Avilés representa casi el 8% de la población asturiana y cuenta con el 36% de las naves industriales de la región. Empieza a haber ese ecosistema industrial. Si somos capaces de completarlo con empresas altamente innovadoras en el campo industrial y adyacentes, estaríamos creando un ecosistema vivo, dinámico y con capacidad de innovar en un campo, la industria, que está en plena revolución tecnológica. Somos una de las zonas con mayor especialización en Asturias y hay que aspirar a ser la referencia tecnológica. Se constata que hacer políticas económicas generalistas y de café para todos es ineficaz, hay que poner el foco en lo que ya somos fuertes.

-Sin olvidarnos del resto...

-Claro, eso no quiere decir que nos olvidemos de otros campos, como los servicios avanzados vinculados a la industria. Eso es absolutamente fundamental. En Europa, cada euro de producción industrial genera tres euros de servicios avanzados, es decir, las ingenierías, las empresas de servicios con conocimiento, todos esos 'nodos' de empresas de servicios pueden aportar sabia nueva y conocimiento que son vitales para crear productividad. Buscar actividades con capacidad de generar valor añadido es un balón de oxígeno para crear empleo.

-Da la sensación de que se relaciona emprendeduría con juventud, cuando la experiencia parece un ingrediente fundamental para el éxito empresarial.

-Sí, otro error o mito. Hay muchas personas de más de 45 años que no tienen una formación muy elevada pero que tienen una experiencia muy importante. Ese conocimiento se diluye rápidamente en el paro y es un drama que el mercado laboral les ponga un handicap a la hora de encontrar un empleo. Nuestro mercado laboral es muy dual, penaliza tanto a los más jóvenes como a ciertas edades. En el marco del plan de emprendedores se propone desarrollar un proyecto piloto para que esas personas con tanta experiencia y capacidades 'ocultas' las afloren con iniciativas emprendedoras. No podemos desaprovechar ese conocimiento y hay que dotarlo de formación para que puede fructificar. Creo que es fácil y rápido de lanzar, para iniciar en 2017.

-Entre los objetivos está impulsar una incubadora de start ups de base tecnológica, ¿un centro más de empresas?

-No se trata de crear un chiringuito, de hormigón. No sé dónde tiene que estar físicamente ese FabLab. Lo importante es la idea. Se trata de crear un espacio enfocado en un laboratorio para sacar empresas industriales de base tecnológica. Queremos especializarnos en ese campo que tanto potencial está generando en el mundo y conectarlo las políticas europeas y el "movimiento maker".

-¿Cómo se tiene que diferenciar la marca Avilés?

-La diferenciación no la puedes inventar, la base está vinculada a la industria y a empresas de ingeniería y servicios de alto valor, no lo podemos olvidar. O Avilés apuesta por esa conexión tecnología-industria-digitalización o estamos fastidiados, tiraremos el dinero por el desagüe si queremos ser otra cosa; es algo natural, lo estamos haciendo y lo podemos potenciar.

-Arcelor-Mittal ha puesto fecha de cierre a las baterías de coque y se liberarán unos 400.000 metros cuadrados de suelo. ¿Propuestas para ese espacio?

-Sé que las baterías son relevantes, pero veo más importante que esté en Avilés el centro de I+D de Arcelor. Hay mucha gente investigando en ese centro, con mucho talento y es espectacular lo que se está haciendo ahí. En cuanto al espacio que generarán las baterías, lo ideal sería que se pudiese destinar a un nuevo tejido empresarial, a proyectos singulares. La estrategia de ciudad pueda atraer a gente interesada en instalarse en esos terrenos.

-Parques científico-tecnológicos en Avilés y Gijón, la Milla del Conocimiento, el CEEI, hay para tanto en Asturias. ¿Los localismos siguen siendo una debilidad en este sentido?

-Sí, absolutamente. Tendríamos que pensar como mínimo en términos de área central. Y no se pueden tener parques tecnológicos como meros comercializadores de parcelas, sino que hay que buscar la especialización, que arranca de una agenda como región, incluso como nación. No hay nadie pensando en una política industrial ordenada en este país. Todos queremos nuestro parque tecnológico, nuestro cluster, nuestra asociación? Eso lo único que hace es duplicar gasto y no generar impacto. Gijón sí que ha apostado por una diferenciación. Ese parque y esa milla del conocimiento tiene actividades distintas y singulares. Y veo muchas sinergias con Avilés, incluso comparten centros tecnológicos y las propias empresas están muy conectadas. El parque de Siero es más generalista, pero está el CEEI (Centro Europeo de Empresas e Innovación) con una especialización en biotecnología y nanotecnología. Hay que crear puentes en el área central . Y Avilés sí que tiene un caldo muy sólido para especializarse.

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