La empresa Cartera de Inversiones Melca entró en proceso de liquidación después de que este pasado mes de julio la nueva mayoría accionarial -Daniel y Elena García y la madre de ambos: Isabel Becerril- decidiera cambiar el objetivo de la compañía que, parcial o totalmente, participa de la propiedad de una docena de filiales con negocios en sectores tan heterogéneos como el turístico, la construcción o el sanitario. La nueva administración de la sociedad considera que este proceso de liquidación no afectará a las empresas que controla. José Luis García Arias, el fundador de la compañía, no es de la misma opinión. "La viabilidad de una empresa no se busca liquidando su matriz, es un contrasentido", asegura a preguntas de este periódico, en la primera entrevista que concede sobre el asunto.
El veterano empresario ahondó en su afirmación. "Vamos a ver si me explico: si están liquidando la matriz, tienen que vender sus activos. Los activos de Cartera de Inversiones Melca son sus empresas filiales, es decir, por imperativo legal, las empresas que dependen de Melca se tienen que vender", insiste el fundador del grupo, que fue uno de los líderes locales de la industria auxiliar y del sector inmobiliario. La parte mayoritaria de la junta de accionistas declinó ayer responder a las preguntas formuladas por este periódico al respecto.
Tras la junta de accionistas de finales de julio, Daniel García Becerril fue designado liquidador de la sociedad creada por su padre. ¿Cuál es su función? García Arias la resume así: "Su único cometido es, primero, preservar el patrimonio social y, después, realizar los actos jurídicos que sean necesarios para extinguir la empresa Cartera de Inversiones Melca o lo que es lo mismo, vender sus activos, pagar deudas y repartir el sobrante entre los socios. Así de sencillo". Los socios de Cartera de Inversiones Melca son José Luis García Arias, Isabel Becerril y los tres hijos de ambos: Elena, Miguel y Daniel. El fundador -y mayor accionista- insiste en que las empresas participadas se tienen que vender, "convertirlas en dinero". ¿Cómo? García Arias lo explica así: "Si se venden como unidad productiva tendrían un nuevo dueño y seguirían funcionando de acuerdo con lo que decidiera el comprador. Si no se venden como unidades productivas lo que hay que hacer es trocearlas. Esto conlleva su liquidación y su disolución. La liquidación de la matriz del grupo Melca, que no tiene marcha atrás, aboca inexorablemente al desmembramiento de sus filiales y a su pérdida de valor por los problemas con sus proveedores, con los bancos y demás. Es muy fácil de entender".
El liquidador de la sociedad Cartera de Inversiones Melca cuenta desde hace pocas fechas -según recoge el Boletín Oficial del Registro Mercantil- con otros cargos: apoderado de hotel Avilés, de Arside y de SIA y, además, administrador de Montajes Eléctricos del Cantábrico (Melca). ¿Qué le parecen estos movimientos a García Arias? "Él ha nombrado a quien le ha nombrado, o sea, aunque parezca un trabalenguas, se ha nombrado a sí mismo. Además, camufla mejor su salario de 28.800 euros al mes en una filial que en la empresa matriz, que está en liquidación y que, en consecuencia, tiene que ser más transparente", aseguró el veterano empresario. En esta misma línea se manifestó al respecto de las razones del nombramiento de su todavía mujer como administradora de Hotel Avilés -en agosto de este año- y su posterior cese, hace pocas fechas. "Tampoco me importa demasiado por qué la nombraron. Supongo que para que pudiera cobrar también 28.800 euros al mes. Y lo del cese: supongo que le daría vergüenza y eso, igual, podría darle rabia", sentenció García Arias. Este periódico quiso saber las razones de estos nombramientos, pero un portavoz de la parte mayoritaria de la compañía en liquidación declinó también responder sobre estas cuestiones.
A finales de este pasado mes de octubre, José Luis García Arias requirió notarialmente al liquidador del grupo Melca el informe del inventario de la sociedad que aquel había fundado. Ese inventario se puso la semana pasada sobre la mesa de la junta de accionistas que se celebró en su nueva sede social. En ese inventario también se incluye el estado actual de Arside que, según la parte mayoritaria, sólo dio beneficios en tres de los últimos diez años de su historia. Pese a ello, apostillan, tiene actualmente trabajo "para seis meses". "No es cierto: le debe de quedar cómo máximo para un mes y medio", concluyó García Arias.
