"Avilés es una ciudad codiciada para los estrenos". Lo dice el dramaturgo David Desola (Barcelona, 1971), pero no sólo él. Todo el que llega al Palacio Valdés se va con el corazón tocado por el veneno de las primeras representaciones. Parece que los avilesinos son así de impetuosos. El 6 de septiembre de 2004 el odeón local acogió el estreno nacional de la segunda comedia de Desola: "Almacenados". La semana pasada su versión cinematográfica se llevó el premio del público del Festival de Gijón. "Y eso da gusto", recalca el dramaturgo catalán, toda una celebridad en México.
Los éxitos no son sólo cosa exclusiva de Desola. Recientemente, la escritora y actriz alicantina Lola Blasco (1983) se hizo con el premio Nacional de Literatura Dramática por "Siglo mío, bestia mía". Esta obra no se estrenó en Avilés, pero sí "Canción de cuna", una de las piezas incluidas en "Parking Niemeyer", el primer espectáculo que acogió el aparcamiento del centro cultural de la ría en mayo pasado. Pasar por la villa del Adelantado sirve para adelantar posiciones en la escena nacional.
"Almacenados" es una obra que su autor concluyó en 2002. No fue hasta dos años después en que la comedia tomó cuerpo en el teatro avilesino. Lo hizo de la mano de José Sacristán y Carlos Santos, de aquella, sólo un joven recién iniciado; ahora, el actor que dio vida a Luis Roldán en la película "El hombre de las mil caras", la película de Alberto Rodríguez.
El estreno de "Almacenados" fue estruendoso: un rayo caído en la torre del reloj dejó inutilizado otro reloj, fundamental para el desarrollo de la función. Salió al telón de boca el productor del espectáculo -José Sámano- para pedir disculpas: el estreno se retrasaba una noche. No hubo mal fario. "La obra me ha perseguido desde entonces: al principio era Nin, el joven, y ahora me encuentro a mitad de camino entre este y Lino, el papel de Sacristán. Llegará el momento en que la vea desde los ojos del personaje mayor", vaticina el dramaturgo barcelonés."Después de Avilés, la obra recorrió toda España y después se ha hecho en México -cinco temporadas consecutivas-, en Perú, en Colombia, en Uruguay, en Argentina", señala Desola con satisfacción. "Me la compraron los dos productores de Avanti Pictures hace unos años y no se rodó hasta el año pasado. Y ahora le dan el premio del público en el Festival de Gijón. "Parece mentira: está en Netflix y también se ha estrenado en Italia, en su versión doblada, pero en España todavía no", se lamenta el escritor que inició su carrera dramática en Avilés.
Fue en el Palacio Valdés donde debutó Desola. Fue con "Baldosas", su primera comedia, una obra por la que obtuvo el premio "Marqués de Bradomín". Después se estrenaron también en Avilés "Amor platounico", "No se elige ser un héroe", la versión de "El enemigo de la clase"... "Las dos primeras obras se hicieron por primera vez en Avilés y, a partir de entonces, he procurado convencer a mis productores para que viajen hasta allá", dice Desola, que regresa a México dentro de un mes. Tiene entre manos dos guiones más que se rodarán el próximo año: uno es la versión fílmica de "La charca inútil", uno de sus dramas más tristes, un espectáculo que se vio en el Palacio Valdés de la mano de Adolfo Fernández. "Se rodará en los Estados Unidos", reconoce.
El paso de Lola Blasco por Avilés fue espectacular: en el aparcamiento vacío del Niemeyer recitaba un monólogo inquietante que ella misma había escrito. Fue la introducción de "Parking Niemeyer": la primera obra que acoge un aparcamiento que hasta ese momento sólo había sido pasto de inundaciones y espacio inservible. Lola Blasco sorprendió a los dos centenares de espectadores que se acercaron allá. Avilesinos con suerte.
