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El traslado de los vascos de Arcelor se frena por desacuerdos salariales

Los empleados de Guipúzcoa llevan al Juzgado la bajada de sueldo que afrontan en Asturias | Sólo cinco de 85 han hecho el examen médico

La llegada de los 85 trabajadores de la factoría de Zumárraga de la multinacional Arcelor-Mittal a Avilés "va con retraso", según reconoció ayer una fuente oficial de la compañía. El cierre de la fábrica vasca traía consigo una contramedida: un traslado general a la región. Sin embargo, esta propuesta de la compañía de Lakhsmi Mittal no recibió el aplauso general entre los trabajadores guipuzcoanos. "Los sueldos vascos son mejores que aquí", señalaron en medios sindicales asturianos. Arcelor-Mittal ofreció a los operarios la equiparación salarial con Asturias (rebaja de las nóminas), pero también una compensación económica que podía alargarse durante dos años o recibirla toda junta con el fin de contribuir a la mudanza. "No fue posible la conciliación entre las partes y ahora está pendiente de un juicio", afirman desde la multinacional. "Les dijimos que si el juez cambia los criterios del acuerdo, íbamos a pagar los retrasos", añaden desde la corporación industrial.

Los retrasos en la llegada -la primera fecha señalada había sido septiembre- parece además que van para largo. Apenas cinco trabajadores vascos se han visto sometidos a las revisiones médicas previas al ingreso en las plantas asturianas. Además, un empleado de la factoría de Guipúzcoa pidió el traslado, pero no para acogerse al plan de la empresa sino para estar más cerca de su mujer, que vive en Galicia. O sea, los pasos dados para el traslado de estos operarios son, por ahora, muy lentos. "Estaba previsto que llegaran antes de terminar el año, pero es muy difícil que cumplamos estos plazos", reconocen desde la compañía.

Los cinco trabajadores que han hecho los reconocimientos médicos están pendientes de que la compañía determine dónde van a desarrollar su labor (Arcelor en Asturias cuenta con tres centros de trabajo) y en qué puestos. "Estamos a la espera de movimientos", admiten en medios sindicales. Los primeros vascos que han mostrado su intención de cambiar de domicilio han elegido Gijón y Candás. "Voluntariamente viajaron a Asturias, fundamentalmente, para que los hijos comenzaran el curso en su momento", explicaron en medios sindicales consultados. "Ahora lo que hay que hacer es recolocar a los que no vienen de forma voluntaria. Todos trabajarán en Avilés y en Gijón", dicen en la empresa.

Los trabajadores asturianos temieron en un primer momento que la llegada de los vascos fuera tomada como excusa para evitar el ingreso de los eventuales previstos en el acuerdo marco (la base de los convenios de la multinacional en España). Este acuerdo marco supone que, cada año, la empresa creará 100 empleos eventuales (cubrevacaciones) hasta 2018. "Los de este año, ya están", recalcan fuentes sindicales.

La dirección de la empresa siderúrgica comunicó en marzo pasado el "cese parcial de la actividad" de la planta de Zumárraga, que emplea a 325 trabajadores. La fábrica de la localidad vasca producía alambrón, barras y redondo corrugado y su rentabilidad se ha visto afectada, entre otros factores, por la "sobrecapacidad que hay en el mercado ibérico del producto largo", según la multinacional. La decisión de la empresa para su planta guipuzcoana se suma a la que comunicó a principios de año para su fábrica de Sestao, que se encuentra en situación de parada temporal e indefinida. Mientras tanto, en Asturias, la firma está llevando una serie de obras de ampliación que doblarán la capacidad de la acería de Tabaza.

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