Las "huchas" de la mayoría de los ayuntamientos de la comarca están llenas pero no pueden gastar ese dinero por las restricciones presupuestarias que marcó el Gobierno central en la ley de racionalización de la administración pública. Así, las arcas municipales de Castrillón, Corvera, Soto del Barco e Illas acumulan un superávit de siete millones de euros "que no se puede tocar". En el caso de Avilés, el Ayuntamiento pudo consumir todo su remanente de 2015: destinó una parte a reducir deuda y otros 3,6 millones de euros a ejecutar inversiones sostenibles. "La hucha de cada ayuntamiento es distinta, depende de su remanente. En la liquidación del presupuesto de 2015, el Ayuntamiento de Avilés no tuvo exceso de remanente, ya que nuestra capacidad de gasto igualó al ahorro. Esto quiere decir que pudimos darle uso al dinero sobrante", explicó Raquel Ruiz, concejala de Hacienda de Avilés. La situación de Gozón es particular, ya que su delicada salud financiera impide, según el gobierno local, tener ahorros. "En 2015 tuvimos un remanente positivo de 800.000 euros y nos sirvió para mejorar las cuentas del año anterior. Pero este año no fue así", explicó la misma fuente.
Castrillón cuenta con unos cuatro millones de euros de superávit; Corvera, con 1,2 millones de euros, mientras que Soto del Barco dispone de 1,47 millones de euros -su presupuesto anual es de 2,7 millones de euros-, e Illas, de 300.000 euros de remanente y unas cuentas anuales de en torno a un millón de euros.
Estas restricciones son aún más "sangrantes" en casos como Corvera, Soto del Barco e Illas, que carecen de deuda. "Es un autentico 'corralito financiero'. Tenemos un dinero que es nuestro, que pertenece a los corveranos, y Cristóbal Montoro (Ministro de Hacienda) y el PP no deja que lo gastemos ¿Y por qué no deja? Porque maquilla las cuentas de deuda publica con los buenos resultados de los ayuntamientos", asevera Iván Fernández, Alcalde de Corvera. Esta misma opinión la comparten sus homólogos en Soto y en Illas, Jaime Menéndez Corrales y Alberto Tirador, respectivamente. "Es una situación anómala y ridícula. Los ayuntamientos son las únicas administraciones estatales que tienen superávit y al PP le interesa que eso no cambie. Entiendo que haya un control sobre los ayuntamientos, pero tenemos necesidades que ahora no podemos afrontar pese a que tenemos dinero", comentó Menéndez Corrales. Y esta situación es complicada explicarla a los vecinos.
"Es una situación difícil de entender desde la lógica y complicada de explicar a los vecinos, porque piensan que les estás engañando ya que les dices que hay dinero pero que no podemos darle uso alguno", aseguró Tirador. Los ayuntamientos, a través de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), intentan negocian con el Gobierno central una flexibilización de las condiciones de gasto.
Una de las críticas es que se trate a todos los ayuntamientos "por igual", lo que consideran "injusto". "Es cierto que hay ayuntamientos endeudados y que tuvieron que ir al plan de pago a proveedores para abonar sus cuentas. Sobre estos ayuntamientos es normal que el Estado ejerza un control y supervisión para que mejoren sus cuentas, pero ¿por qué los que hacemos las cosas bien tenemos que pagar como si las hiciéramos mal?, ¿por qué pagamos justos por pecadores?", critica Iván Fernández.
En el caso de Soto del Barco, pese a tener un remanente de 1,5 millones de euros, solo tuvo autorización para gastar 55.676 euros. "Lo demás está en el banco. El año pasado, fueron mil euros los que pudimos gastar después de hacer el cálculo que impone el Ministerio. Dentro de poco, vamos a tener casi tanto remanente como presupuesto anual", lamenta el Alcalde de Soto del Barco. Menéndez Corrales recalca que el concejo tiene necesidades que no puede afrontar por no poder hacer uso de ese dinero ahorrado. "Encima, cada vez tenemos menos recursos externos. El fondo de cooperación regional bajó de 120.000 a 80.000 euros y el plan estatal de cooperación ha desaparecido", detalla.
Pero si Soto pudo destinar apenas 55.000 euros a gasto, Illas, nada. "El año pasado, con el remanente, cambiamos luminarias e hicimos mejoras en caminos. Superamos un poco el gasto del remanente frente a los ingresos ordinarios y por ese motivo, este año no nos han dejado gastar nada. En 2016 sólo podemos invertir lo previsto en el presupuesto", lamenta Tirador.
