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La contaminación por partículas y benceno repunta en un año negro para la ciudad

La estación del matadero registró alta polución uno de cada 2,5 días en 2016 y en Llaranes el hidrocarburo se disparó

Las baterías de coque de Avilés. MARA VILLAMUZA

Las medidas contra la contaminación puestas en marcha en el entorno del puerto de Avilés no están dando los resultados deseados. Todo lo contrario. Según los datos que maneja el Principado de Asturias, la estación de Las Arobias -que gestiona la administración regional- superó el año pasado en 131 días la media diaria permitida de 50 microgramos de partículas en suspensión (PM10) por metro cúbico, un 27 por ciento más que en 2015. Esto es que en 2016, cada dos días y medio, los picos contaminantes se elevaron por encima del máximo permitido por la ley; en 2015, fue cada tres días y medio. La legislación establece, además, que el máximo de días al año en los que se puede superar los 50 microgramos es de 35. En la zona del matadero, el año pasado, se cuadruplicó.

La falta de lluvias está dando más de un quebradero de cabeza a los responsables de la salud de los avilesinos. Y es que el buen tiempo es un factor que juega en contra ya que no permite dispersar las partículas acumuladas. Eso propició, por ejemplo, que en el mes de noviembre hubiese que declarar durante cuatro días una prealerta por contaminación en Avilés y Castrillón al superar algunas estaciones -Llano Ponte, plaza de la Guitarra, matadero y Castrillón- los niveles permitidos varios días seguidos. A excepción de ese periodo, en las estaciones que miden las partículas de PM10, menos la de Las Arobias, se respetaron los límites máximo en la mayoría de días del año.

Los problemas de polución no sólo se dan en la zona portuaria, también en las inmediaciones de baterías de coque, con el benceno. La legislación respecto a ese contaminante recoge sólo la media anual que no se puede sobrepasar: 5 miligramos por metro cúbico. Y aunque ese tope no se sobrepasó, durante 87 días del año pasado se registraron medias iguales o superiores, por los 26 días de 2015.

El Principado de Asturias reconoce los problemas existentes en ese punto y por ese motivo, a través del plan de calidad del aire, quiere poner en marcha medidas que mejoren la situación. "Trabajamos desde distintos frentes para atajar el problema, que es un reto para la salud. Las dos estaciones actuales dan valores muy por debajo del límite que marca la ley, que es anual, pero es verdad que son sensiblemente superiores a los de fechas precedentes", afirmó hace unas semanas Belén Fernández, la Consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente.

Pero para conseguirlo también necesita el acompañamiento de las empresas privadas, en este caso Arcelor-Mittal. Una de las medidas del Principado era realizar mayores controles para las emisiones de benceno y exigía a la multinacional la instalación antes de final de 2016 de dos nuevos medidores, uno en el entorno de Llaranes y otro en el polígono de la ría, que se sumarían a las dos estaciones ya existentes. Esas estaciones no se han instalado y Arcelor ya ha solicitado al Gobierno regional "flexibilidad" con las condiciones para mantener la licencia ambiental integrada de la coquería avilesina, que dejará de producir dentro de dos años. "Estamos negociando de qué manera podemos llegar a cumplir los requisitos que solicita el Principado sin necesidad de realizar una inversión millonaria en unas instalaciones que se van a tirar en dos años", explica un portavoz de la multinacional.

Los altos niveles contaminantes provocan la crítica de los ecologistas, que demanda acciones más contundentes para acabar con esta lacra que afecta a la salud de los vecinos.

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