La caja registradora está en horas bajas. Ahora, se lleva una máquina superdotada que simplifica el cobro y la gestión de los negocios. Un buen número de comercios de la comarca de Avilés ya están sustituyendo los tradicionales modelos por el nuevo, que califican de "la caja perfecta" porque "da la vuelta exacta, valida los billetes y detecta los falsos, avisa cuando le falta cambio, evita robos y siempre cuadra los números, al obtener la recaudación del día y el cierre al instante". "Todo son ventajas", explicaba ayer Mónica Suárez, propietaria de varios locales de hostelería en Avilés y Corvera, en los que ha instalado el novedoso cajón.

Con este mecanismo que está entrando por la puerta grande en establecimientos de mucha actividad, los empleados ya no tocan el dinero. El proceso de cobro y devolución del cambio es automático. "Ya no hay errores. Al dueño del negocio le da seguridad y al empleado honrado le proporciona tranquilidad. Desde que las tenemos se trabaja más cómodo y seguro", añade la hostelera, satisfecha de haber apostado por dicha registradora a pesar de su elevado precio. "Cada una ronda los 12.000 euros pero se paga sola. Tenemos un control absoluto del dinero".

De igual opinión se manifiesta María José Arias, directora de un hotel en la calle La Fruta. "Llevamos pocos días con ella, pero vemos que todo son ventajas. Es muy fácil de usar y ha sido muy bien recibida por los empleados porque les da seguridad además de ganar rapidez en los cobros", apunta. También resalta otras cualidades. "No hay descuadres de caja y hace la liquidación sin tener que contar una y otra vez. Ahora, el manejo del dinero por parte del trabajador es mínimo", destaca, ya que la caja está totalmente cerrada impidiendo el acceso al dinero líquido. Tiene un dispensador de monedas que permite al trabajador insertarlas y recuperar el cambio. Por su parte, para los billetes cuenta con un llamado reciclador que comprueba la autenticidad de los mismos. Todo el dinero va a un espacio comparable al de una caja fuerte dificultando su apertura y los posibles robos.

Frente al rosario de elogios que vierten los empresarios hacia tan singular avance tecnológico, una gran parte de los clientes desconoce sus beneficios e incluso la existencia de la misma registradora último modelo. María del Carmen Arbesú García y su hija Rosario López, minutos antes de tomar asiento para merendar un café con bizcocho, confiesan no haberla visto nunca. "Pero si de lo que se trata es de ganar en seguridad, bienvenida sea", comentaron. A su lado, la pareja de jóvenes formada por Marcos Rodríguez y Eva Suárez de la Sierra sí apuntaron conocer la original caja registradora. "La vimos por primera vez en un supermercado y nos llamó la atención el diseño, incluso se lo comentamos a la cajera, que dijo estar encantada con el invento", señalaron para seguidamente ensalzar el que consideran uno de los aspectos más destacados del ingenio: la seguridad, tanto a la hora de entregar el cambio justo a los clientes como en evitar robos. En este sentido, se metieron en la piel de los empresarios y se compadecieron del tiempo que han de invertir diariamente en el arqueo tras la jornada de trabajo. "Mi tío tiene una tienda y al final del día cuenta y recuenta el dinero no sé cuántas veces hasta que le cuadra la caja", concluyó la joven.