El consejo escolar del colegio público de Salinas aprobó en una reunión celebrada el pasado 29 de junio pedir a la concejala de Interior de Castrillón, Mar González (IU), el cierre de la calle Bernardo Álvarez Galán, en el tramo comprendido entre las de Marola y Oviedo durante los horarios de entrada y salida de los alumnos al centro. Ayer, algunas familias se mostraron indignadas por la medida que dicen ha complicado aún más la seguridad de los niños.
La petición del colegio se justificó por el "nivel de inseguridad al que están sometidos los escolares a la hora de acceder" al centro educativo. Algo que comparten muchos padres. Según los cálculos realizados por el profesorado, una media de 100 vehículos llegan diariamente a las inmediaciones sólo con alumnos de quinto y sexto cursos de Primaria, además de los dos autobuses del transporte escolar que llegan desde Coto Carcedo.
Por contra, la indignación se apoderó ayer de otras familias por el "peligro que supone para los niños" los estacionamientos en doble fila o sobre los pasos de peatones de la calle Marola. "Los críos vienen siempre solos, pero desde el lunes los traemos porque esto es un peligro", señalaron dos abuelas. "El lunes vinieron dos policías locales a controlar la zona, hoy (por ayer viernes) sólo uno y la semana próxima no vendrá ninguno", se quejaba el padre de otros alumnos.
La concejala de Ciudadanos, Silvia Argüelles, se hizo eco ayer de la indignación de muchos vecinos de la localidad y familias de alumnos. "Dudo de la efectividad de la medida porque puede ocasionar mayores conflictos e inseguridad para los escolares. La presencia de policías regulando el tráfico en las horas conflictivas es la más efectiva, para evitar posibles accidentes y el colapso en la calle debido a los aparcamientos en doble fila", dijo Argüelles.
