La fábrica avilesina de vidrio de Saint-Gobain trabajó ayer a medio gas como consecuencia del paro de cuatro horas por turno que convocó el comité de empresa y que tuvo un seguimiento masivo, si bien los servicios mínimos se cumplieron a rajatabla. De este modo, la protesta laboral que comenzó hace una semana con paradas de dos horas por turno se ha recrudecido, pese a lo cual la dirección de la empresa sigue sin abrir vías de interlocución con los sindicatos. Las razones que esgrimen los representantes de los trabajadores para justificar el conflicto son dos, fundamentalmente: el deterioro de las relaciones laborales y el desvío de parte de la producción de parabrisas de automóvil a otras fábricas en las que, según sospechan las centrales, los costes de producción son menores.

El mal ambiente de trabajo en la fábrica avilesina de la multinacional francesa Saint-Gobain Cristalería es tan patente que ayer mismo quedó escenificado en el Juzgado de Avilés, donde tuvo lugar el juicio que ha promovido un trabajador al que la dirección de Saint-Gobain le abrió expediente disciplinario por haberse ausentado del puesto de trabajo para ir al botiquín por una dolencia en un oído. Según la versión de la empresa, este empleado no avisó al jefe de turno de su visita al servicio médico; según el punto de vista sindical, la dirección de la fábrica "dispara primero y pregunta después", en alusión a la existencia de un clima de "acoso y persecución" a los trabajadores.

En el caso concreto del empleado expedientado -y cuya sanción queda ahora sujeta al veredicto del juez-, los representantes de la plantilla aducen que "existe una costumbre arraigada en el devenir diario de la fábrica según la cual cuando una persona se ausenta un momento del puesto de trabajo por la razón que sea, avisa a otro compañero para que asuma sus funciones, de modo que no haya interferencia en la producción. En tiempos, un asunto de esta naturaleza se hubiera arreglado sin mayores problemas en el ámbito del comité, pero ahora la empresa prefiere ir por la vía de la imposición y actuar con intolerancia". Precisamente es este tipo de actitudes los que la plantilla de Saint-Gobain aspira a cambiar con la convocatoria de paros como el de ayer que tendrán continuidad los días 18 y 24.

Pero la huelga no sólo tiene esa causa. Los trabajadores desconocen el futuro cierto de la planta de Sekurit (la que fabrica parabrisas para automóviles) y es que vienen denunciando desde hace tiempo que la dirección de la delegación desvía producción que sería propia de Avilés hacia centros de trabajo del este de Europa y del norte de África.