La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La fábrica de Asturias

Tres de cada cuatro ocupados del concejo trabajan en el sector industrial, la mayor cifra de la región "Luchamos para que esto siga", dicen los empleados

La fábrica de Asturias

"Llevaba 48 años trabajando en Hiasa, toda la vida. Ahora me toca vivir todo lo que puedo, dedicarme a mis hobbies, aunque se echa de menos a los compañeros", afirma Felipe Gómez, que se jubiló hace solo unos meses. Hasta ese momento, formaba parte de los residentes con ocupación en Corvera que trabajan en el sector industrial, el 74 por ciento; un porcentaje que solo supera Degaña, que cuenta con una población ocupada treinta veces menor (296 frente a los 9.682 corveranos con trabajo). Y muy por encima del de Asturias, en la que solo el 14 por ciento trabaja en empresas de este sector. "Entré de peón y ya de aquella pensaba que me había tocado la lotería con un trabajo de estas características", señala Gómez.

Jorge Gutiérrez, que vive en Avilés pero lleva nueve años trabajando en una empresa química del municipio, y los corveranos Adrián Cicero y Rubén Hernández, que han conseguido trabajo en Hiasa y Arcelor hace apenas dos años, respectivamente, también son conscientes de la estabilidad que da un empleo en empresas de este tipo. "Es cierto que hoy en día no hay nada seguro en el mercado laboral, pero saber que estás en una empresa con tanta estructura da cierta tranquilidad, una estabilidad difícil de encontrar en otros trabajos", afirma Gutiérrez, que fue padre recientemente: "Hoy en día es casi imposible saber si mañana vas a tener trabajo o no, pero la vida te va llevando a tomar decisiones importantes como la de ser padre. Trabajando donde trabajo sí resulta un poco más fácil dar el paso adelante".

Nada menos que 7.207 corveranos trabajaban en el sector el pasado mes de septiembre, cuando se publicó la última estadística de empleo. Sólo Gijón supera esta cifra en términos absolutos (74.434 trabajadores). Empresas como Arcelor (con parte de sus instalaciones en Corvera), Du Pont o Hiasa ocupan a vecinos del concejo, convirtiéndolo en el territorio industrial por excelencia.

El sector lleva dando de comer a muchas familias corveranas desde hace muchos años. El padre de Rubén Hernández también trabaja en la empresa metalúrgica y el hijo y el yerno de Felipe Gómez están empleados en Hiasa. "Quieres que esto siga adelante porque tienes familiares trabajando, conoces mucha gente que está en la empresa y sabes que hay que tirar por ella, por ti mismo y por todos ellos", sentencia Gómez.

Entre los jóvenes también genera trabajo, quizás no tanto como antes, pero "se siguen cubriendo las plazas de jubilación para mantener la estructura", comentan Cicero y Hernández, que entraron de manera diferente en sus respectivas empresas. Adrián Cicero consiguió un contrato como delineante en Hiasa hace dos años, después de ir a hacer las prácticas de una formación profesional. "Mi situación fue bastante afortunada. Justo quedó una vacante al poco de terminar las prácticas y se acordaron de mí", afirma. Y es que los dos jóvenes afirman que con esfuerzo y trabajo, en estas empresas obtienes recompensa. "En mi caso, entré después de hacer sustituciones y cubrir vacaciones, que es como se suele entrar en la empresa. Así te conocen y si sacas adelante el trabajo te acaban contratando", explica Hernández, que también destaca que, en Arcelor, la formación para mejorar su situación en la empresa es pagada si tiene que ser fuera de horario, "algo habitual en el sector". "Dan muchas opciones para poder cambiar de puesto y de mejorar la situación laboral", explica Jorge Gutiérrez.

Rubén Hernández sabe lo que es trabajar en otro tipo de empresas. "Yo lo que quería era trabajar. Fui pescadero y luego estuve conduciendo ambulancias con horarios imposibles y cobrando la mitad que ahora", relata el joven. Explica que, antes de comenzar en Arcelor, estuvo en una compañía subcontrata, otra parte de la industria que genera muchos puestos de trabajo en el concejo.

Los cuatro trabajadores coinciden en que otra de las cosas que ayuda a trabajar día a día es el buen ambiente que se genera después de tiempo trabajando en el mismo lugar con los mismos compañeros. "Dejo muy buenos amigos, son muchas horas juntos y muchos años, pero nos seguiremos viendo", comenta Felipe Gómez. Y es que muchos de sus excompañeros son sus vecinos.

Otro de los puntos por los que se consideran unos privilegiados está en la distancia al trabajo. "Estar a cinco kilómetros de tu puesto es un lujo", sostiene Gutiérrez. En ese sentido, Cicero tiene aún más suerte porque puede ir caminando a su trabajo. "Vivo y trabajo en Cancienes, a un paso", señala el trabajador de Hiasa.

"En Corvera, la industria da trabajo a mucha gente, se nota en la gente que tienes alrededor. Mis vecinos, mis amigos, casi todos los que trabajan tienen relación con la industria", añade Cicero. Una afirmación que Jorge Gutiérrez amplía a toda la comarca: "En Avilés me ocurre también y yo creo que en Castrillón es parecido". También coinciden, por tanto, en que una situación de estabilidad como la que da este tipo de empresas provoca un mayor compromiso por parte de los trabajadores. "Entre todos hay que conseguir que esto siga para adelante, que las inversiones sigan llegando al concejo, porque esto da de comer a mucha gente", remata Hernández.

Compartir el artículo

stats