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Las Doroteas, primer colegio que imparte yoga en horario escolar

Los alumnos de Educación Infantil asisten a clase de esta disciplina física y mental para mejorar "la autoestima y la concentración"

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Los alumnos de Las Doroteas hacen yoga

El yoga ha entrado en las aulas de Educación Infantil del Colegio Paula Frassinetti. Desde hace unas semanas, esta disciplina físico mental forma parte del curriculum del centro educativo como una actividad complementaria dentro del horario escolar, es decir, para todos los matriculados. En tan sólo unas sesiones, los alumnos de tres a cinco años ya se han familiarizado con términos como mantra (palabra o verso utilizado en la meditación), saludo al sol (secuencia encadenada de posturas) o namaste (saludo tradicional de la India de respeto y agradecimiento).

De la mano de Mercedes Pinto y María Broch, profesoras con amplia experiencia en el yoga de niños, los pequeños aprenden jugando. "El yoga de niños, que no tiene nada que ver con el de los adultos, es un espacio en el que expresarse libremente y donde adquirir herramientas para afrontar el día a día de otra forma", señala Pinto, seguidora de la escuela Micheline Flak. Explica que esta disciplina "trabaja el cuerpo físico, va en consonancia con la educación emocional y educa en valores".

La atracción que despierta y la actitud de los pequeños en las clases del Paula Frassinetti hablan por sí solas. Llegan contentos, se descalzan y sitúan formando un círculo. Salvo en algunos momentos, en el ambiente impera la calma y el silencio. "Intentamos que paren. Les cuesta porque son hiperactivos, pero enseñándolos se acostumbran", manifiesta Broch, que rodeada de pequeños hace hincapié en trabajar las emociones a través de la respiración y también la higiene postural.

"Mediante el juego y con canciones llegamos a las posturas. No los corregimos, tampoco los forzamos, buscamos que sea algo natural, si bien se nota que están oxidados porque no salen a jugar a la calle", comenta al tiempo que dice detectar mucha curiosidad en los alumnos y ganas de transmitir a sus padres todo aquello que aprenden en la lase. Matías García Landeira da fe de ello. Confirma que explica a sus padres cómo colocar el cuerpo para hacer algunas posturas, entre otras la del perro, una de las que más le gusta, y que cuando termina la clase está contento. "Salgo tranquilo y me ayuda a concentrarme", apunta. Olaya Cordero Vega, de cinco años, también se manifiesta feliz a la hora de acudir a la clase de yoga "porque me gusta todo lo que hacemos". Al igual que su compañero, se confiesa una fan de la postura del perro "porque se me da muy bien".

De entre los muchos y variados beneficios que se atribuyen al yoga destaca el "fomento de la autoestima, la concentración y el respeto". "Menos es más en el yoga con niños", subraya Mercedes Pinto, que como su compañera recalca estar muy agradecida al colegio por apoyar esta actividad. "Es la primera vez que un centro en Asturias incluye el yoga infantil en horario escolar y formando parte del curriculum", asegura la especialista.

Las sesiones tienen una duración aproximada de 40 minutos durante los cuales los niños realizan posturas, cantan mantras e incluso bailan. La música les acompaña en algunas ocasiones. "Les pongo temas modernos, de rap o Bob Marley, con mensajes positivos, y también mantras; el Om les encanta", comenta Broch, para concluir la necesidad de "trabajar en todo momento desde el positivismo".

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