Luis Javier Rodríguez Morán, presidente en Asturias de la Asociación Derecho a Morir Dignamente, afirma que España está en un momento clave en el camino para despenalizar la eutanasia. Así lo explicó en una charla, organizada ayer por el PSOE en Avilés, en la que defendió una legalización que, en su opinión, "no tiene sentido posponer".
-Usted explica que se ha presentado un proyecto de ley para legalizar la eutanasia. ¿Qué expectativas tiene al respecto?
-Quiero hacer un llamamiento a la ciudadanía para que lo exija a nuestros representantes y, sobre todo, al PSOE que puede tener la llave. Ahora mismo hay una ocasión de oro para legalizar la eutanasia. Unidos-Podemos ha presentado en el Congreso un proyecto de ley y creo que sería imperdonable que no saliera adelante, porque con el actual reparto de la cámara puede haber mayoría.
-¿Qué es exactamente la eutanasia?
-Es la aplicación por parte de los profesionales correspondientes de las sustancias farmacéuticos para que una persona pierda la vida, siempre con el consentimiento de la persona y en unas condiciones muy restrictivas. Tal como está planteada, la ley sería en casos de enfermedad terminal o similares.
-¿Cómo es el marco legal actual de la eutanasia?
-En Asturias, hay una ley de autonomía del paciente, pero es necesario despenalizar la eutanasia y el suicidio asistido, porque mientras sea ilegal, cualquier ley de este tipo que aparezca no tiene sentido. Esa ilegalidad limita el derecho a que cada persona haga de su vida lo que quiera y, en consecuencia, de su muerte.
-¿Se ejerce este procedimiento en la actualidad?
-Sí. En muchos hospitales, es una cuestión práctica y los propios profesionales tienen una inseguridad grandísima. No tiene sentido tener en el código penal una acción médica como es ésta y, además, si no hay regulación habrá chapuzas.
-¿Está la sociedad española preparada para dar este paso hacia la legalidad?
-Claro. Hablar de la eutanasia es lo mismo que cuando se habló del matrimonio igualitario o la interrupción del embarazo en su momento. Lo que hay que dejar claro es el derecho. Que exista el derecho no significa que tengas la obligación. Nadie está obligado a casarse con una persona de su mismo sexo, a divorciarse o interrumpir su embarazo.
