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El Molín y La Peruyal confían en su cartero

Los vecinos acogen tranquilos el cambio en la numeración de sus viviendas y se resignan a hacer trámites en el Catastro

José Emilio Barbón, con el croquis de la nueva numeración de El Molín. RICARDO SOLÍS

Los vecinos de El Molín y La Peruyal, en Molleda, están tranquilos pese al cambio que se les viene encima. El Ayuntamiento de Corvera ha decidido modificar la numeración postal de sus viviendas para que sigan un orden que, con el crecimiento de ambos núcleos, se había visto afectado. Ellos prevén que no será gran molestia: "Hemos cambiado el nombre del barrio en varias ocasiones. Primero fue La Escuela, luego el barrio de Molleda y, ahora, parece ser que somos El Molín. Las cartas nos llegan igual, yo creo que el cartero nos conoce más por los nombres que por las direcciones", señala José Emilio Barbón, cuya vivienda se verá afectada por la modificación. "Esta casa, de mi tío, tiene más de 60 años y siempre tuvo el mismo número, porque fue de las primeras que se hizo en la zona. Ahora, como la numeración comienza en el alto y viene hacia abajo tendremos un número mucho más elevado", explica este residente.

Lo mismo le ocurre a su vecino de enfrente, José Luis Muñiz, que también pasará a contar con un número doble sobre la puerta de su casa. "Es normal, porque hay muchas edificaciones nuevas y no creo que sea muy diferente a cuando nos cambiaron el nombre de la calle. Estamos acostumbrados y nunca hemos tenido problemas", comenta. De hecho, desde la ventana, su vecina de puerta, con otro número postal en su vivienda, señala que desde hace años la empresa de energía tiene cambiados sus números y "las cartas llegan".

El principal problema lo tenían las edificaciones nuevas de la zona. El croquis que sostiene José Emilio Barbón, con la antigua y la nueva numeración de las casas, muestra la locura de números que había en algunas agrupaciones de casas. "En esa zona pasa del 14, al 2 y luego para otro número diferente. Están puestas por antigüedad y eso les puede traer líos", explica.

Pese a que los vecinos no temen grandes inconvenientes, sí saben que tendrán que hacer algunos trámites para que todo siga su curso con normalidad. "Tendremos que ir al Catastro, para que no haya problemas si pasa algo con todo esto", comentan. "Esta casa está inscrita con su número desde hace más de medio siglo. En el Ayuntamiento nos han dicho que ya se puede ir notificando a las compañías y a quién queremos, el cambio, porque ya está en marcha. Me toca tapar el número de encima de la puerta y poner el nuevo", afirma Barbón, mientras mira hacia su casa desde la puerta de su finca de El Molín.

Para evitar futuros cambios, aunque según los propios vecinos "nadie garantiza que esto sea para siempre", el Ayuntamiento ha "guardado" números a lo largo de las carreteras que forman los dos barrios. Es decir, solo las casas aledañas tendrán números consecutivos en estos momentos. Los números elegidos van del 1 a casi el 50, pero solo son 25 viviendas las que están en la zona. "Los terrenos sin edificar tienen su propio número, aunque en realidad solo consta en el plan y se utilizará si se construye una vivienda en el futuro", asegura Barbón.

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