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ANA MARÍA RODRÍGUEZ ÁLVAREZ | Profesora de Economía de la Universidad de Oviedo, ofreció ayer una charla en Avilés

"Los pobres, con los mismos bienes que los ricos, tienen mayor nivel de bienestar"

"Cuantos más estudios tiene alguien, más bienes necesita porque valora mucho más el ocio y la cultura"

Ana Rodríguez Álvarez. R. S.

Ana Rodríguez Álvarez, profesora de Economía de la Universidad de Oviedo, presentó ayer en Avilés los resultados de un estudio realizado en la Universidad inglesa de Durham sobre cómo la pobreza afecta al bienestar de los individuos. Lo hizo en el marco del curso "Economía de la vida cotidiana", que se celebra en el Centro de Estudios Universitarios de Avilés.

-¿Cómo surge este trabajo?

-Nace de una beca de excelencia financiada por el Banco de Santander para realizar una estancia de tres meses en la Universidad de Durham (Inglaterra). Allí tuve la oportunidad de trabajar con expertos en Economía de la Energía (Tooraj Jamasb y Manu Llorca) y fruto de ello estamos realizando otras investigaciones relacionadas con la pobreza, la pobreza energética y cómo ambas afectan al bienestar y la salud.

-¿A qué conclusiones han llegado?

-En el trabajo realizado en coautoría con Toorja Jamasb y Luis Orea, en el que hemos utilizado una muestra de aproximadamente 20.000 individuos, las conclusiones principales son que el bienestar es un concepto subjetivo y relativo. Bajo estas ideas, el estudio intenta explicar por qué individuos con las mismas cosas tienen distintos niveles de bienestar.

-¿Significa que no hay un bienestar común?

-El bienestar es relativo porque nos hemos dado cuenta en el estudio de que la gente se compara con sus vecinos, con sus pares. Es decir, es distinto para los que pertenecen a una clase de mayor estatus social que para los de un nivel más bajo. Los pobres, con los mismos bienes que los ricos, tienen un nivel de bienestar mayor.

-¿Qué variables han tenido en cuenta?

-Al comparar ricos con pobres tenemos en cuenta el estatus social, características individuales (casado, soltero, si vive en una casa o en un apartamento, si tiene una enfermedad crónica, si está jubilado.... ) y características del hogar y la familia (si tiene hijos, si vive solo...). Obviamente, el resultado es que tanto la pobreza como la pobreza energética disminuyen el nivel de bienestar de la gente. Los más pobres tienen menos bienestar. En concreto, y de media, dadas sus otras características individuales y las del hogar, necesitarían un 20% más de renta para alcanzar su nivel potencial de bienestar.

-Dentro del amplio concepto de bienestar, ¿qué analizan?

-Nos referimos al bienestar en el hogar, en el entorno. Medimos la satisfacción con el nivel económico, la casa en sí, el entorno, las zonas verdes.. Queremos ver qué bienestar reporta los gastos empleados en el hogar.

-¿Cuál es el aspecto más valorado?

-El económico. Tiene mucho impacto en el bienestar tener la casa pagada, sin hipoteca. Vemos que las viviendas con varios miembros (familia e hijos) también lo favorece, así como residir en zonas menos pobladas. Y cuantos más estudios tienes, más bienes necesitas para alcanzar ese bienestar porque se valoran el ocio y la cultura. Además, hemos visto que la mujer necesita más cosas que los hombres en el hogar. Por último, encontramos que la pobreza cae en picado en los hogares muy vulnerables. Cuanto más extrema sea la situación, mayor será la pérdida de bienestar. Por eso las medidas tendentes a reducir la pobreza, en particular la energética, deben ser más urgentes y concentrase en los hogares donde la situación es más extrema.

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