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Los adictos a la cocaína ya duplican a los heroinómanos que piden ayuda en Avilés

El cannabis es la droga común de la mayoría de consumidores de alcohol, coca, heroína o éxtasis, cuya edad media de iniciación es de 16 años

Un grupo de usuarios de Amigos Contra la Droga en el jardín, en una imagen de archivo. RICARDO SOLÍS

Rondan la treintena y de chavales se aventuraron en el peligroso mundo de las drogas: un cigarro, un chupito, una copa... Luego pasaron a los "porros" -cannabis- y casi sin darse cuenta esnifaron su primera raya de cocaína. La "farlopa" es ahora la droga principal para el 46 por ciento de las personas que demandan tratamiento en Amigos Contra la Droga, casi trece puntos por encima que hace una década. La mayoría, además, tiene problemas con el alcohol. "Ambas adiciones suelen ir unidas si bien con estos datos no se puede deducir qué droga repunta más sino cuáles son las drogas que llevan a nuestros usuarios a solicitar tratamiento", puntualiza Ana María Menéndez, psicóloga de un centro por el que han pasado en 2016 un total de 88 personas.

El número de consumidores de heroína ha caído, al contrario, en los últimos diez años. Entonces un 48 por ciento de los usuarios del citado colectivo estaba enganchado al "jaco", una cifra que ahora ronda el 25 por ciento. "En este caso se trata de personas que tienen una adición desde hace años, es decir, que no son de nueva incorporación. La suelen consumir adictos crónicos o severos", subraya la psicóloga. La heroína, droga líder hasta 2006, es a día de hoy cosa del pasado, siempre según el histórico de datos de Amigos Contra la Droga.

Si bien el alcohol está casado con la cocaína, hay una droga común para la mayoría de los consumidores de alcohol, cocaína, heroína, éxtasis u otras drogas de síntesis: el cannabis. La edad media de inicio en el consumo de hachís es de 16 años. Casi todos llegan a Amigos Contra la Droga pasados los treinta y después de haber caído en el pozo.

Aunque la media de edad de los usuarios que llegan al colectivo es de 35 años, las psicólogas tratan en ocasiones con jóvenes que comienzan esnifando coca y terminan, habitualmente, con problemas con la justicia. Entonces piden ayuda. Lo que lleva a los chicos -en ocasiones menores de edad- al consumo de estupefacientes es difícil de precisar, aunque a juicio de las psicólogas se aprecia un cambio de comportamiento de los jóvenes en la transición de Educación Primaria a Educación Secundaria. Los alumnos se incorporan ahora a la ESO con 12 años -dos años antes que con la EGB-, en el fervor de la adolescencia.

De ahí la advertencia de peligro. La mayoría de los adictos a distintas sustancias estupefacientes y a tratamiento en Amigos Contra la Droga son hombres que regalaron su adolescencia al cannabis y se engancharon por diversión a la cocaína para sacar rendimiento a la madrugada, lo que los profesionales denominan "consumo recreativo".

Una vez que cruzan la puerta de Amigos Contra la Droga, en Piqueros de Abajo, las tres profesionales que trabajan en el centro evalúan a los usuarios, realizan un diagnóstico y ofrecen un tratamiento del trastorno por uso de sustancias estupefacientes y otros trastornos relacionados. En ocasiones la adicción a las drogas lleva pareja enfermedad mental. A los usuarios les ofrecen un plan de tratamiento individual así como terapia familiar y de pareja. En el chalé de Piqueros también hay grupos de prevención de recaídas, talleres de manejo de las emociones, entrenamiento en habilidades sociales y actividades de planificación de tareas y actividades saludables. Los drogadictos tardan años en darse cuenta de que deben hacer frente a un problema. Ahí está la trampa.

En Amigos Contra la Droga no todos los usuarios son avilesinos. Hasta Avilés se desplazan adictos de Gijón, Oviedo, Langreo, Siero y también del occidente que demandan ayuda para "engancharse" de nuevo a la vida.

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