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Nueva vida para el crucero de San Roque

El gobierno se compromete a instalar este año la réplica de la pieza original, cuya restauración finalizó en 2009, y sopesa con la cronista oficial su emplazamiento definitivo

Nueva vida para el crucero de San Roque

El antiguo crucero que presidió el pasaje de San Roque, y que acabó en pedazos tras derribarlo un camión de reparto, tendrá una segunda oportunidad. La pieza fue salvada en la sede de Restauración de la Escuela Superior de Arte por encargo municipal y lleva ocho años en el antiguo instituto de Valliniello a la espera de ubicación. Alumnos de esta especialidad, además, realizaron una réplica. El objetivo: instalar esta última en la ciudad y preservar el original en un espacio museístico para favorecer su conservación. El gobierno se compromete a ubicar sendas piezas este año y sopesa con la cronista oficial, Josefa Sanz, los emplazamientos definitivos.

Fue el 15 de marzo de 2002 cuando el entonces alcalde, Santiago Rodríguez Vega, inauguró el crucero en el pasaje de San Roque, entre Galiana y la plaza del Carbayedo, junto con el concejal de Cultura Román Antonio Álvarez. La pieza se recuperó después de haber pasado años en el jardín trasero de una antigua edificación de la calle Emile Robin. Álvarez, que data en el siglo XIV el origen de la pieza, recordaba aquel día una vieja leyenda: "Está recogida en un libro de leyendas avilesinas y cuenta cómo un hombre mayor acudía cada día a llorar junto a este crucero. Este hombre tenía un hermano modélico que gozaba de las preferencias de sus padres. Dominado por la ira asesinó a su hermano junto al crucero, antiguamente instalado en las marismas, donde ahora se levanta la iglesia de Santo Tomás. El remordimiento le hacía volver a diario a ese lugar lamentando el desgraciado suceso".

El crucero no duró mucho en pie, poco más de un año. En 2005 llegó a la sede de Restauración, previo paso por el antiguo almacén municipal de Divina Pastora, y Luis Suárez Saro, profesor de Conservación y Restauración, dirigió el proyecto de recuperación. "La base y la cruz son de dolomía de Bustiello, la piedra con la que se hizo casi todo el casco viejo de Avilés. El fuste y el capitel son de granito. Hay varias hipótesis sobre su ubicación. En teoría estuvo en lo que es hoy el nuevo Sabugo, pero también se cree que pudo haber estado en la plaza del Carbayo. Su última ubicación fue junto a la capilla de Galiana. Previamente se había encargado su limpieza (estaba muy erosionado) en una escuela taller, pero fue un tratamiento muy abrasivo, lo chorrearon con arena y quedó hecho un desastre", explica Saro.

El tratamiento de restauración que se llevó a cabo en la Escuela de Arte fue minucioso. "Se trabajó conjuntamente con el análisis de petrología y la intervención fue con tratamiento fungicida y biocida, una limpieza con microagresivos. También hubo que reconstruir los elementos que se habían roto. La cruz no es la original del crucero, se trajo de Sabugo también rota y hubo que recomponerla", añade Suárez Saro.

El crucero restaurado está dividido en fragmentos (base, capitel, cruz y el fuste con cuerpo de San Telmo, "la parte más interesante"). Montado alcanza los 3,40 metros de altura. "Una vez restaurado planteamos hacer una réplica para colocar en el exterior, en su ubicación, y dejar protegido el original. Iba a ir al Museo de la Historia Urbana de Avilés, pero no entra por la altura", explicó el profesor de Restauración. En medios municipales plantean ahora la posibilidad de instalarlo en el entorno del Centro de Interpretación del Cementerio de La Carriona. En cuanto a la réplica, los alumnos la realizaron con resina epoxi bajo la supervisión de sus profesores. Los trabajos acabaron en 2009.

"Para el original estamos buscando el sitio más seguro posible y para la réplica una ubicación que guarde relación con la historia del crucero, posiblemente el barrio de Sabugo. Creemos que estuvo en una finca y que el primer cambio de ubicación se produjo en agosto de 1871 y permaneció hasta 1888 en el entorno de la iglesia vieja de Sabugo", explicó la concejala de Cultura, Yolanda Alonso. Este año, al fin, sendas piezas tendrán un sitio en la ciudad.

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