Los Bomberos del parque de Avilés se dirigían ayer a apagar un incendio que resultó ser una falsa alarma en las inmediaciones de San Cristóbal cuando tuvieron que dar la vuelta. En el aparcamiento subterráneo situado junto al portal número 9 de la calle Doctor Marañón, un bloque de siete alturas, estaba ardiendo al menos un vehículo. En unos minutos que se convirtieron en una eternidad para la propietaria del principal vehículo afectado, que fue quien dio la voz de alarma, se personaron en el lugar de los hechos profesionales de Avilés, Pravia y también el jefe de zona, Miguel Ángel Pérez, de La Morgal. El fuego se saldó con importantes daños materiales.

Una densa humareda negra se podía ver desde la avenida de San Agustín a media mañana. Esto, unido a las características del aparcamiento, bajo rasante, hizo que los profesionales extremaran las medidas de seguridad. La Policía Local acordonó la zona y los bomberos iniciaron su labor. Parte de ellos accedieron al interior del garaje, de una planta y construido en curva, con los equipos de respiración autónoma y procedieron a extinguir el fuego. En el exterior, el resto de compañeros realizaba tareas de ventilación con dos motoventiladores de presión positiva a la entrada del garaje. "Dentro no se ve nada", explicaba Miguel Ángel Pérez.

En la calle, entre tanto, decenas de vecinos siguieron atentos el trabajo de los agentes de la Policía Local y de los bomberos. Muchos tenían su coche en el subterráneo, que da servicio, explicaron, a dos comunidades de vecinos. Era el caso de Jonatan Regalado, que tenía dos vehículos estacionados. El fuego finalmente calcinó por completo un turismo, un Seat Málaga, y afectó a otros dos más: un Mercedes, que sufrió daños en la defensa trasera, y un Lancia, con notables desperfectos en la parrilla delantera supuestamente por la acción del calor, según medios policiales.

La propietaria del vehículo calcinado fue quien dio la voz de alarma. Cuando supuestamente iba a arrancar el vehículo apreció que salía una "llama pequeña" del motor. Después, intentó apagarla con trapos. Pero la llama fue a más. "Estuve expuesta al humo del incendio durante bastante tiempo hasta que llegaron los bomberos y estoy algo mareada", apuntó desde un establecimiento próximo al número 9 de la calle Doctor Marañón, donde siguió visiblemente nerviosa las tareas de extinción del incendio. El Centro de Coordinación de Emergencias recibió el aviso a las 11.58 horas. Hasta Doctor Marañón se desplazaron profesionales en un camión con autoescalera, la autobomba urbana y la nodriza de Avilés y también en la autobomba urbana y forestal de Pravia. En total participaron nueve bomberos.

Tras dar por controlado el incendio, los bomberos procedieron a ventilar las instalaciones. El parking subterráneo cuenta con ventanucos y rejillas de respiración. Los profesionales prohibieron el uso del aparcamiento hasta que la instalación estuvo completamente libre de humo, a primera hora de la tarde. El coche calcinado lo trasladó una grúa y fue necesaria la intervención también de una pala.