"El Principado tiene abandonada la sidra, la deja de lado, estamos a un nivel de segunda o tercera división y es algo inexplicable". Habla el llagarero Pedro Baldó, que no dudó ayer en reclamar un estudio "serio" sobre la tradicional bebida asturiana y un impulso mayor para un atractivo turístico de la región durante un debate sobre el etiquetado de este producto organizado por el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés. El hostelero Justo García, del restaurante Yumay, cogió el testigo y apuntó la importancia de potenciar el mosto fermentado de manzana "ya que actualmente está abandonada por las instituciones".

Y reivindicó un título para los escanciadores; y una mesa de negociación entre hosteleros, cosecheros, llagareros y el Principado para discutir, entre otros asuntos, el precio de cada botella. "Cuesta 2,50 o 2,70 euros y requiere seis servicios, conviene subirlo", destacó. Ambos fueron dos de los cuatro intervinientes, junto al coleccionista de etiquetas Ángel García, que tiene sellos de 103 llagares; e Ignacio Cuervo, responsable de la revista "La Sidra".

Ángel García comenzó su colección de etiquetas en 2010. Defiende el escanciado tradicional y advierte que la sidra vasca ha avanzado en los últimos años. "Por eso tenemos que andar vivos", expresó el coleccionista y amante de la bebida tradicional. Ignacio Cuervo coincidió con sus antecesores en la importancia de potenciar la sidra como producto asturiano y avanzó además la importancia de respetar otras formas de elaborar sidra, como la brut.

"A mí me gusta más la sidra tradicional, los otros tipos también son asturianos y, en ocasiones, nosotros mismos somos detractores de nuestros productos", destacó el responsable de la revista que se reparte en más de ochocientos establecimientos de dentro y fuera de la región asturiana.