La cadena Silken despidió este pasado 18 de octubre a la anterior directora del Hotel Villa de Avilés porque ella, Nuria Verdes, "no se encontraba cómoda con la nueva administración de la empresa". Esto es, al menos, lo que defendió ayer en el juzgado avilesino el representante legal de la empresa gestora del establecimiento, cuya propiedad pertenece a la sociedad Cartera de Inversiones Melca en Disolución, que fundó el empresario José Luis García Arias, pero que desde hace meses gestionan su exmujer y dos de sus hijos, tras haberlo defenestrado.

La abogada de Verdes, Paula Espina, sin embargo, aseguró que el cese de su clienta se debió a los vínculos familiares que la ya exdirectora mantiene con García Arias: es su sobrina. El fundador de Melca fue descabalgado de la dirección de su compañía este pasado julio por un acuerdo al que llegaron sus hijos Elena y Daniel García junto con la madre de ambos: Isabel Becerril (había sido llamada como testigo en el juicio, pero no se presentó). Su segundo hijo, Luis Miguel, se mantiene en la batalla junto a su padre.

El despido de Verdes se produjo ocho días después de que Elena García tomara el control de la compañía que es dueña del Villa de Avilés. Antes que ella había gobernado la compañía su madre. García declaró en el juzgado: "No surgió de mí que la despidieran. Ellos, el jefe de Recursos Humanos de Silken, me había dicho que con mi llegada no se encontraba a gusto", explicó García. Sin embargo, los abogados del Hotel Avilés y de la cadena Silken señalaron que Verdes "no había contado nunca con el aplauso" de la empresa gestora. "Fue una imposición de García Arias", recalcó el abogado de Silken. García Arias, cuando le tocó testificar, admitió este hecho. Y recordó que su decisión la tomó porque era "el administrador de las 17 empresas".

Los letrados de Silken y del Hotel Avilés afearon un acuerdo posterior entre García Arias y Verdes en el que se comprometía a pagar 75.000 euros en caso de que la directora fuera despedida. "Una cantidad desorbitada para una jefa de recepcionistas", señaló el abogado de Silken. Paula Espina en sus conclusiones finales aseguró que lo que era "desorbitado" fue el sueldo de Isabel Becerril durante el tiempo en que ejerció como administradora: "28.860 euros al mes".

El representante legal del Hotel Avilés aseguró en sus conclusiones que Nuria Verdes había estado dispuesta a firmar su despido de conformidad, pero no lo hizo por "presiones familiares". "Entonces se puso en marcha una maquinaria: García Arias utiliza a su sobrina en perjuicio del Grupo". José Luis García Arias sigue siendo el dueño del 38 por ciento de este conglomerado.

El despido de Nuria Verdes se produjo el mismo día que el de su hermana, también empleada en el hotel Villa de Avilés (la demanda de esta última se dirime este próximo mes de marzo). Los representantes de los hoteles admitieron la improcedencia del despido de la directora. Paula Espina, sin embargo, abogó por la nulidad "porque no se puede despedir por razones de familia".