Asturias y las Azores, el archipiélago enclavado en medio del océano Atlántico, trabajan en una alianza gastronómica en la que el Principado hará las veces de asesor en materia de oricios y las islas portuguesas tratarán de poner en valor un producto que abunda en sus costas, pero que actualmente se encuentra desaprovechado tanto por falta de costumbre de capturas como por menosprecio culinario. Así era al menos hasta ahora, pero los gastrónomos y restauradores de las islas portuguesas quieren revertir semejante desperdicio y han pedido ayuda a sus colegas asturianos para sacar provecho a una materia prima que, bien cocinada, pasa por manjar, como han descubierto en Asturias.

La principal ventaja con que cuenta la restauración de las Azores en su plan para hacer de los oricios una nueva enseña de la gastronomía insular es la gran cantidad de producto que tiene a su disposición por tratarse de un territorio casi virgen en cuanto a la explotación de este equinodermo. Nada que ver con Asturias, donde el pasado verano entró en vigor una veda de dos años que prohíbe la captura de los oricios y que es consecuencia del alarmante descenso del número de toneladas capturadas. No está mucho mejor la especie en Galicia, una comunidad donde la extracción de oricios se ha disparado en los últimos años tanto para abastecer el mercado local como para cubrir la demanda asturiana.

El primer contacto dirigido a formalizar esa pretendida colaboración asturiana con las Azores para potenciar la gastronomía del oricio en aquellas islas lo realizó Antonio Cavaco, cofrade del colectivo "Gastrónomos dos Açores", quien dirigió una carta al avilesino Carlos Martínez Guardado, uno de los mayores expertos en materia de cocina en el Principado y enlace privilegiado con numerosas cofradías gastronómicas de la región.

Cavaco le pide a Martínez Guardado que gestione la posible visita a las Azores de un colectivo de cocineros, restauradores y expertos asturianos en materia de oricios para compartir recetas y conocimientos. Y recurre a Asturias sabedor de que la región atesora una experiencia de muchas décadas en la elaboración de este fruto de la mar. El fin último de esta iniciativa es dar a conocer al potencial del oricio de las Azores en el festival "Caldo de peixe" a celebrar en el archipiélago del 21 al 23 de julio próximos. El interés de las Azores en el oricio es obvio: diversificar la oferta culinaria local -básicamente marinera- y poner en valor un recurso muy abundante en las islas, con las miras puestas, al fin y al cabo, en fomentar el llamado "turismo gastronómico".

Martínez Guardado tiene previsto recoger el guante que le lanzan desde las Azores y ya esboza una lista de posibles asesores en materia de oricios: la cofradía del mismo nombre con sede en Gijón, Gastrónomos del Yumay, el Club de Guisanderas de Asturias y alguna que otra cocinera con fama de preparar platos excelentes a base de erizos de mar.