Las sillitas de bebé al estilo "sueco", las que van ubicadas en el sentido contrario a la marcha del coche, son las más seguras. "Hay que mantener el máximo tiempo posible al menor en sentido contrario a la marcha, si la silla y el vehículo lo permiten", recomendaron ayer Andrés Medina y Gonzalo Menéndez, de la Dirección General de Tráfico, que ayer ofrecieron una sesión monográfica sobre tráfico y seguridad vial en el Hospital Universitario San Agustín. Y es que, según explicaron, en caso de frenazo o impacto el cuerpo sufre mucho menos. Por eso, descartaron "leyendas", como que los niños se aburren, lloran o pueden tener lesiones en los tobillos. "¿Es mejor que se rompa el cuello?", se preguntó Medina. En cuanto a la edad recomendada, alcanza hasta los cuatro años.

Y es que los suecos llevan muchas décadas de adelanto en las medidas de seguridad vial. "Si echamos la vista atrás en España, las sillitas sólo están desde 1992, y además durante casi diez años fueron voluntarias", explicaron los expertos. En cambio, en el país nórdico ya existían sistemas de retención infantil "desde la década de los años sesenta"· Otros inventos, como el cinturón de seguridad, son también de cosecha sueca. "El objetivo de estos elementos de seguridad pasiva es minimizar los efectos del impacto sobre el cuerpo", indicó.

Los sistemas de retención infantil pueden evitar "el 75 por ciento de las muertes y el 90 por ciento de las lesiones", subrayó Andrés Medina. Los datos de muertes de niños en accidentes de tráfico son muy bajos pero eso no les resta dramatismo. Así, en 2015 fallecieron en la carretera 19 niños de hasta 14 años.

Desde el primer viaje

Las recomendaciones que señalaron ayer en Avilés los expertos para un correcto uso de los sistemas de retención comienzan por probar antes de comprar, para garantizar que la silla se adecua al vehículo. Es necesario utilizarla desde el primer viaje del menor y hasta que su altura alcance los 135 centímetros, aunque es recomendable hasta los 150. No cumplir la normativa se sanciona con 200 euros y la retirada de cuatro puntos.

Viajar en autobús es un problema añadido. Y es que, hasta los tres años, la legalidad está en un limbo. "Cuando viajamos en transporte público las exigencias son mucho más laxas", reconoció Medina. Según los expertos, el problema que se encuentran muchas familia a la hora de adquirir un dispositivo de retención, es que las sillitas al estilo "sueco" no están igual publicitados que los que van en el sentido de la marcha. Y advirtieron de que no todos los dispositivos, por homologados que estén, son igual de seguros. La forma de colocar al menor, a favor o en contra de la dirección del vehículo, está también relacionada con las normativas. Y que actualmente hay dos sistemas de homologación, una la ECE R44/04, que es la más antigua, y otra la i-Size, que amplía el tiempo de viaje del niño en sentido contrario a la marcha.

Sin embargo, más allá del modelo elegido, sigue siendo necesaria la concienciación de las familias. Y es que de los 16 niños menores de 12 años que fallecieron en accidentes de tráfico, tres no utilizaban ningún accesorio de seguridad en el momento del accidente. Otro problema, aunque menor, es sobrecargar a los niños con ropa, lo que da menos seguridad a los sistemas de retención.

El sitio más seguro para transportar a un niño es en la zona central del asiento trasero, dicen los expertos. Y eso es, indicó Medina, porque "permite vigilancia por parte de la persona que está conduciendo, y limitamos el acceso de cualquier parte o estructura del vehículo". Aunque todo el asiento trasero es correcto. Lo que hay que evitar siempre son las plazas delanteras, a no ser que el vehículo sea biplaza o el asiento trasero ya vaya ocupado por otros menores.