El gestor del Avilés, Álvaro López, y el propietario, José María Tejero, están inmersos en una lucha sin cuartel de presiones que tiene una incierta salida. El empresario chileno de la mexicana IQ Finanzas ya anunció que dejará el club si Tejero no vende aunque no fijó una fecha concreta y en principio continuará hasta el final de esta temporada.
López se reunió ayer por la noche (hora española) con sus abogados en México para estudiar el tema y hoy se conocerá su decisión, aunque todo apunta a que seguirá gestionando el club al menos hasta el final de la temporada. Aún así, el gestor está reacio a invertir en un club que no es suyo porque "no quiero que IQ sea otro Golplus ni Clarkson".
El empresario está un tanto decepcionado después de tres meses en el Avilés "Nosotros pagamos las cuentas y ahora somos los malos. Si están bien locos en Avilés. Quieren que incluso pague cuentas que no me corresponden, soy Santa Claus. Jaja", escribió en el Facebook. Y añadió: "Ofrecí hacerme cargo de la gestión actual para que el equipo no se desarmara y quedarán todos mal. Ofreces tu mano y te toman el codo".
Tejero, por su parte, está esta semana en Lisboa y tomó "con tranquilidad" la posible marcha de IQ, antes o después de que concluya la temporada, cuando aún no se cumplieron tres meses de los cuatro años del contrato que Álvaro López firmó a mediados de diciembre como gestor. "No me preocupa lo que decida", se limitó a decir.
Las condiciones del contrato es un punto en el que ambas partes difieren. Desde IQ se sostiene que firmaron el acuerdo de gestión a cambio de estudiar la posterior compra, pero que tras la firma Tejero se negó a vender. Y se sienten engañados por el dueño que insiste en que "no tengo ningún interés en vender a pesar de las presiones que puedan llegar desde fuera", aunque asegura estar abierto a negociar con Álvaro López si éste sigue en el club y regresa a Avilés en abril como está previsto pero, advierte, "viendo el dinero encima de la mesa".
Esta postura tampoco gusta en los gestores, que ven un cierto menosprecio por Dennis Colmenares, la gerente y máxima autoridad del club, y persona de absoluta confianza de López para negociar la compra.
El presidente, por su parte, dice que el contrato es sólo para gestionar económica y deportivamente el club a través de la compra de Real Avilés Gestión Deportiva SL, sin que se incluya la opción de compra. Tejero también asegura que López tuvo desde el principio toda la información. "Aquí no se engañó a nadie", señala.
La polémica surge cuando sólo quedan tres días para que el club tenga que hacer frente el viernes al pago de la mensualidad a los jugadores y técnicos. IQ puede irse hoy mismo o mañana, pero sus abogados tendrán que estudiar si se marchan también con la deuda pendiente, incluidos los cerca de 35.000 euros de los pagarés pendientes del pasado año y los 40.000 que supone este mes, porque Álvaro López es el propietario de Real Avilés GD SL, que es la sociedad deudora.
Tampoco el asunto económico preocupa a Tejero, porque recuerda "siempre se han solventado los problemas" y confía en la llegada de otro gestor a corto plazo porque, señala, "el Real Avilés interesa a mucha gente, excepto para los de Avilés, y sin duda que habrá alternativas. A rey muerto, rey puesto". Y basa su confianza en que "es el único club en España que es sociedad anónima deportiva unipersonal y todas las decisiones las toma el dueño sin consultar con nadie. Es una divinidad en el mundo de los negocios".
IQ lleva gastados en el Avilés cerca de 200.000 euros desde su llegada tras pagar tres meses de atrasos a jugadores y técnicos, estar al día con la plantilla y abonar otras deudas, pero ya se cansó. "Apoyar un club quebrado es una cosa, que abusen de tu buena voluntad es otra", señaló López.
