El Centro Niemeyer no consigue despegar pese a los intentos de sus responsables de ofertar una programación de calidad y para todos los gustos. El año pasado acudió a los conciertos, exposiciones, representaciones teatrales un total de 99.480 personas, un 23 por ciento menos que en 2015, cuando lo hicieron 128.677 personas. Como consecuencia, la recaudación también se resintió y cayó en un 9,2 por ciento menos, hasta quedar en los 502.957 euros. No obstante, el patronato de la Fundación del Niemeyer, que se reunió ayer, calificó de "satisfactorio" los resultados de asistencia e ingresos pese al retroceso.

Por áreas, los asistentes a los actos musicales cayeron casi a la mitad, al pasar de los 49.099 espectadores en 2015 a 23.514 en 2016. Sus responsables lo achacan, en parte, a la "muy significativa diferencia en el carácter popular de la música programada en los conciertos de San Agustín de 2015, que contaron con la cantante Soraya y 'La Guardia', frente a los conciertos de carácter más especializado que tuvieron lugar en las fiestas de San Agustín de 2016, con Nick Waterhouse y 'Aurora & The Betrayers'".

Las artes escénicas contabilizan 2.937 espectadores menos, al no haber contado en 2016 con espectáculos realizados en la plaza y pese a las buenas cifras de afluencia, con llenos en obras como "Sócrates. Juicio y muerte de un ciudadano" o "Hamlet".

El cine aumentó su recaudación en un 55%, pese a contabilizar un descenso de 2.178 espectadores, "debido a la ausencia de proyecciones gratuitas en la plaza". Las exposiciones, por su parte, experimentaron un retroceso del 5% aunque no toma en consideración las visitas de la exposición de carácter gratuito "Tránsitos", ubicada en la explanada. "Palabra" contó con 2.865 asistentes en 2016 frente a los 3.053 de 2015, mientras que las visitas guiadas y talleres experimentaron un crecimiento, al pasar de 6.679 asistentes en 2015 a los 6.889 de 2016. También crecieron las cifras de asistentes a congresos y eventos, al pasar de 13.717 a 14.413.

Los miembros del patronato, además, aprobaron un código ético y de buenas prácticas para regir la actividad de la Fundación. Se trata de un documento que detalla los principios de actuación y las buenas prácticas que, "desde una visión responsable y ética", deben presidir los comportamientos individuales y colectivos en el Centro Niemeyer. De forma complementaria, sacó adelante unas normas de conducta que constituyen el conjunto de pautas de comportamiento y normas generales que imperativamente deben observar todas las personas que intervienen en la gestión, operativa y funcionamiento del Centro Niemeyer.