La sorpresa de una familia al recibir el penúltimo recibo del agua fue mayúscula: tenían que abonar 1.013 euros por el consumo en un piso de Versalles que llevaba tres años cerrado, sin habitar. Conchita Fernández, la afectada, hasta entonces había abonado cada tres meses unos 38 euros. Fue diferente en la factura de septiembre, octubre y noviembre. "En Aguas de Avilés no nos dan ninguna explicación, sólo se encogen de hombros y alegan que pudo haber sido un grifo abierto todo ese tiempo o que la cisterna perdía agua, cuando tenemos la llave de paso cerrada porque el piso está vacío. Además, estaba en manos de una agencia -lo alquiló el pasado diciembre- y lo estuvieron enseñando y nunca vieron ningún problema con el agua", asegura Fernández, que reside en Oviedo. La factura, según la afectada, es similar a la que recibiría una familia por una finca con piscina.

La mujer, cuando vio la factura, ordenó al banco que la devolviera. Puso el caso en manos de la Oficina municipal de Consumo, que ahora tiene que realizar el arbitraje entre las partes. "La empresa dice que todo está correcto y que es lo que marca el contador. El problema es que la factura no pone si es lectura estimada o real. Por el momento, no pagar la factura no tendría consecuencias, pero sí si me mandan un segundo aviso y tampoco lo atiendo. Entonces me podrían cortar el suministro", explica. Fernández no se niega a pagar, "pero lo que corresponde". Su inquilino ya recibió el recibo del agua de los primeros meses del año y fue "normal". "Lo que quiero es que me aclaren esta situación", clama Fernández, que pide consejo de alguien que le pueda ayudar al respecto.