Izquierda Unida en Avilés inicia hoy su proceso para elegir a su nuevo coordinador general. El actual, Ángel Guido García, deja el cargo tras siete años al frente de la coalición.
- ¿Qué balance hace de estos siete años de coordinador general de IU de Avilés?
-Positivo. Creo que el trabajo que hicimos fue bueno en líneas generales; hay cosas que no salen como uno quiere, pero creo que hicimos un buen trabajo y eso está relacionado con el buen equipo que tenía, con gente trabajadora, que ayuda mucho. En estas cuestiones es fundamental el equipo. Si no funciona, da igual cómo sea el coordinador.
- ¿Qué espina se lleva?
-No lo sé. Lo más desagradable viene dado por los procesos internos y los roces que existen, que dejan poso. Es lo que más te duele. El resto lo llevé bien porque estuve rodeado de gente que trabajó bien para la organización y eran amigos más que compañeros.
- ¿Cómo ha sido estos años la relación con el PSOE?
-Veo muy difícil confluir con el PSOE; y en el caso de Avilés, lo veo imposible: no coincidimos en nada. Estamos en las antípodas políticas: nosotros defendemos lo público y ellos cada vez privatizan más. Y no es algo sólo de ahora. Al inicio de mi mandato tuvimos ya el primer enfrentamiento porque defendíamos lo público. Desde entonces ya se rompió todo y a partir de ahí no negociamos más. Mientras no cambien de rumbo, será difícil llegar a acuerdos con el PSOE.
- ¿Y qué pasó? Porque hasta 2011 estuvieron gobernando juntos...
-No sé si antes habría otro talante negociador, pero siempre tratamos de llegar a acuerdos porque era lo que había a la izquierda del PP. Pero el PSOE fue virando hacia el centro y cambió las cosas. Igual entonces la relación era más fluida y eran más flexibles a la hora de la negociación. Las cosas cambiaron y los cambios se visualizan más ahora con la llegada de otros partidos, como Podemos, que son posibles aliados al ser más cercanos a nuestras ideas.
- ¿Por dónde pasa el futuro de IU?
-Habrá que ver quién va a llevar las riendas de la dirección a partir del 6 de mayo y con qué talante se presenta. Es complicado. Lo que me extraña es que salgan diciendo que las elecciones son un atropello porque no se ha convocado la asamblea para consensuar el calendario. Las normas establecen que el consejo político propone y fija el calendario.
- ¿Y sobre la confluencia?
-A nadie se le escapa que ése es el debate. Y tal como se ve, esa diferencia va a seguir estando ahí. Yo defendí las tesis de Garzón, que pasan por la confluencia, que no significa la desaparición de IU. Eso no lo quiere nadie. Es la única salida y la alternativa al bipartidismo y a las política del PP y PSOE; no hay más remedio que ir a la confluencia. En Asturias la idea que se baraja es que hay que ir por ese camino. El problema es que hay gente que no apuesta por esa línea e incluso, aunque se rompa la unidad en IU, hablan de crear una república independiente. A mí eso me alarma; hay que ser corresponsable con lo su que se decide en los procesos internos.
- ¿Qué recomiendas al nuevo coordinador de IU?
-Depende de quién sea (risas). Si está en la línea de la dirección actual, que siga trabajando como hasta ahora, que forme un grupo heterogéneo que funcione y que trabajen como un equipo, que es lo esencial. Y con eso seguirán saliendo las cosas bien. Ahora si sale de la otra línea, mal voy a poder recomendar.
- ¿Dentro de dos años Avilés tendrá un gobierno de signo diferente?
-Creo que sería bueno para Avilés porque cambiarían muchas cosas que no están en relación con lo que la gente demandan. Sería bueno que hubiese un cambio. Son muchos años de un gobierno socialista y hay que buscar algún cambio. Por ejemplo, se está demostrando que las privatizaciones ni son mejores ni son más económicas.
