Reciclar en la escuelina ayuda al Planeta. Lo saben bien los niños de hasta tres años del centro de educación infantil de La Toba, sus educadores y también sus familias. Todos ellos recibieron ayer de manos del gerente de Cogersa, Santiago Fernández, la acreditación como centro triple R (reducir, reutilizar y reciclar). Para celebrar la concesión de dicho "título", la comunidad escolar celebró una jornada de fiesta y de puertas abiertas que incluyó una visita a las instalaciones, en la que participaron el director general de Ordenación Académica e Innovación Educativa, Francisco Laviana; la concejala responsable de Educación en Avilés, Yolanda Alonso; y, entre otros muchos, la directora del centro, Raquel García, que mostró los trabajos realizados por los alumnos, las familias, los profesores y el personal que no es docente. Un ejemplo: en la escuelina de La Toba los cubos para depositar la ropa sucia están hechos con camisetas viejas.

Laviana destacó que esta es la primera vez que un centro de Primer Ciclo de Infantil (hasta los 3 años) recibe esta distinción y que se debe "a la ejemplar implicación de los progenitores en la educación ambiental de sus hijos desde las etapas más tempranas". Raquel García explicó a su vez que el trabajo de las familias es "diario y constante" en el consumo responsable y en la separación de residuos.

Padres y madres

La asociación de madres y padres de alumnos coordina diversas actividades, entre ellas, la realización de talleres de reciclaje creativo, salidas a recoger residuos en zonas naturales como playas, el cuidado del huerto con su compostadora y la compra colaborativa (banco de intercambio) de juguetes, baberos y mandilones, así como las recogidas con fines solidarios de ropa o alimentos. Desde la escuelina de Llaranes se desarrollan a su vez numerosas actividades solidarias con colectivos del entorno como la Asociación de Vecinos de Llaranes, la protectora de animales "El Trasgu", el Banco de Alimentos de Asturias, la Fundación Santa Lola y la Asociación "Magaya Astur".

Para los "peques" de La Toba, la concesión de la triple R se tradujo en una mañana de juegos e hinchables en el patio exterior, todo un premio para uno chavales que pese a su corta edad ya miman el planeta.