La fachada de la ría de Avilés ha pegado un vuelco en el último lustro. La plaza de Santiago López, con la mayor parte de los edificios rehabilitados y remates de colores pastel, es el principal ejemplo de cómo ha cambiado la estética del "waterfront" de la ciudad en los últimos años, gracias tanto a la iniciativa de los propietarios como de las subvenciones para la rehabilitación. En total, 25 edificios de la fachada marítima se han beneficiado de las ayudas municipales, en el marco del plan de rehabilitación de fachadas. Y esos 25 edificios se han llevado más de la mitad del presupuesto destinado por el Ayuntamiento en estos años: el 65 por ciento, concretamente.
Fomentar la recuperación de esta fachada fue una de las prioridades que se marcó hace cinco años el gobierno socialista, ligado a la construcción del Centro Niemeyer y a la conquista de la ría. Lo dijo el entonces concejal de Urbanismo, José Alfredo Iñarrea: "A la fachada urbana que da al Niemeyer le ha llegado la hora". Por eso, para incentivar su recuperación, se puso el foco en los edificios de El Muelle y Llano Ponte, cuyas obras se bonificaron con mayor porcentaje que las del resto del casco histórico.
El portavoz socialista, y actual concejal de Urbanismo, Luis Ramón Fernández Huerga, explicó que este empeño se liga también a otro de los objetivos del mandato, el de dignificar las entradas de la ciudad. Una de las obras que harán posible esa mejora es la rehabilitación de la calle Santa Apolonia, cuyos trabajos ya están licitados. La previsión del gobierno es que puedan comenzar a realizarse en el mes de mayo. El impulso de recuperación de la fachada de la ría comenzó con el saneamiento -cuya culminación está pendiente de la puesta en marcha del colector industrial- y tiene como objetivo a medio y largo plazo el desarrollo de la Isla de la Innovación, en la margen derecha de la ría.
En estos cinco años han recibido subvención municipal para su rehabilitación dos edificios de la calle Ruiz Gómez, catorce de Llano Ponte, uno en La Libertad, cuatro en la calle del Muelle, dos edificios en Emile Robín y otros dos en Los Telares. El portavoz de la asociación de vecinos "Pedro Menéndez" del Centro, Pablo Castañón, afirmó que la recuperación del "waterfront" progresa adecuadamente. "En la plaza de Santiago López sólo queda un edificio pendiente. Y en toda la fachada, al margen de la zona de la muralla, queda pendiente planificar una actuación en la zona de la Cetárea", señaló.
En opinión de Castañón, "se va avanzando" en la recuperación de la fachada de la ría, gracias al trabajo de los últimos cinco años. "Fue un gran acierto el plan de fachadas del casco histórico. Se están recuperando muchas, tanto de las que miran hacia la ría como del resto de la ciudad, y eso le está dando bastante vida al casco antiguo".
Respecto a los deberes pendientes, Castañón pone dos de distinto calado: uno, la eliminación de la barrera ferroviaria, cuya última propuesta analizan actualmente los técnicos del Ministerio de Fomento. Y la otra, la recuperación de un paño de la muralla medieval, que quedará también dentro de la fachada fluvial de la ciudad, y que supondrá el derribo de varios inmuebles, algunos de ellos en malas condiciones. La recuperación de la muralla está pendiente de la aprobación del plan especial de mejora del casco histórico, que el gobierno socialista quiere llevar este mes a pleno.
