Artesanos de ocho comunidades autónomas participarán en la VIII Feria de Alfarería Tradicional "Villa de Avilés" (FATVA) que tomará la plaza de Domingo Álvarez Acebal a partir del sábado y hasta el Lunes de Pascua. Está organizada por el Ayuntamiento de Avilés y es uno de los actos que integran las IX Jornadas de Alfarería, enmarcadas en la centenaria fiesta de El Bollo.

La concejala de Eventos, Ana Hevia, ha presentado esta mañana a los medios la última edición de FATVA junto a su coordinador, Ricardo Fernández. Se va a inaugurar el próximo sábado a las 12.00 horas y se expondrán las siguientes alfarerías procedentes de once provincias:

Alfarería El Puntas, de Albox (Almería); Alfar Arias, de Puertollano (Ciudad Real); Daniel Aguilera Hernández, de. Cuerva (Toledo); Catalina Arance Alonso, de Bailén (Jaén); Víctor Santillán, de Bárcena de Toranzo (Cantabria); Isaac Cívicos García, de El Perdigón (Zamora); Alfarería Hermanos Casares, de Monachil (Granada); José Antonio Añón Lista, de Buño (La Coruña); Francisco Pascual Prieto, de Moveros de Aliste (Zamora); Pedro Hidalgo Góngora, de Úbeda (Jaén); Francisco Moreno, de Talavera de la Reina (Toledo); Manuel Rodríguez, de Llamas del Mouro (Asturias); Joaquín Albalat, de Ribesalbes (Castellón) y Francisco Saavedra, de Salvatierra de los Barros (Badajoz).

Como novedad, en esta octava edición de FATVA se expone en Avilés la alfarería recuperada de Cuerva (Toledo), realizada por Daniel Aguilera con formas decoradas en las que es protagonista la flor del almendro. Otra alfarería recuperada que repite es la de Puertollano (Ciudad Real), de la mano de Gracia Arias y también, la alfarería recuperada de El Perdigón (Zamora), tras el empeño del alfarero Isaac Cívicos García. Como es habitual, el público podrá contemplar las piezas y también adquirir alguna vasija.

La Feria de Alfarería Tradicional "Villa de Avilés" es la única que se celebra en España. Además de ser un evento singular y de referencia también es una plataforma de promoción de alfarerías recuperadas, con todo el valor cultural y etnográfico que eso supone: recuperar formas de vida, costumbres, miedos y ritos, fiestas, nacimiento y muerte de los antepasados, plasmado todo ello en las paredes de las vasijas que se podrán ver en Avilés.