La Semana Santa es el "mejor agosto" para la hostelería avilesina; y este año pinta con buenas perspectivas. Así lo afirman los dueños de bares y restaurantes que, sin embargo, no tiran las campanas al vuelo, ya que aseguran que la situación dista mucho de ser tan buena como antes de la crisis. Las terrazas llenas y las dificultades de muchos comensales para encontrar mesa los fines de semana son una constante del último mes, y la tendencia se acentúa ahora con la llegada de las fiestas y el buen tiempo: la semana de pasión y Pascua constituyen un granero de clientes, avilesinos y foráneos, que resulta fundamental para cuadrar las cuentas del año. El fin de semana pasado la ciudad estuvo hasta los topes, entre el concierto de las orquestas "Panorama" y "París de Noia" y la feria "Principets". Pero no fue más que el comienzo, ahora tocan las procesiones y las fiestas del Bollo serán el colofón.

"No vamos a peor, pero no vemos todavía la economía como teníamos que verla", afirma Justo García Castrillón, que está al frente del Yumay. "Es verdad que el fin de semana repuntó, y parece que las familias perdieron el miedo a salir, por semana todavía estamos rotos, las tardes y las noches siguen siendo un problema inmenso", añade. Reconoce, no obstante, que "hay alegría", y que los fines de semana la situación repuntó. En lo que se refiere a Semana Santa, es "la mejor temporada" para la hostelería. García también agradece que en la ciudad se organicen actividades deportivas y ferias, que siempre aportan clientes.

De la misma opinión es Antonio Fernández, del café Monterrey. "Se nota mucho cuando hay actividades en la ciudad", indica. Según su experiencia, la actividad mejoró un poco en lo que va de año, y considera que se debe a que hay más trabajo y se pierde el miedo a gastar. "Y también tenemos turistas", añade el hostelero avilesino.

Ángel Hernández, con su local -el Café de Ángel-, ubicado en plena plaza de España, no tiene problemas de clientela los fines de semana, especialmente si hay boda, aunque asegura que por semana es más flojo. "También vienen muchos turistas", afirma Hernández. Y añade: "Esta semana seguro que no es floja". De hecho la plaza de España es el punto neurálgico de la ciudad, lugar de encuentro y terraceo por excelencia, y por ella transitan la mayor parte de las procesiones de Semana Santa.

Los últimos días también han sido buenos en la Sidrería Manzanal. "El sábado, con las orquestas, no cerramos hasta las tres de la mañana. Y el domingo con la procesión de la Borriquilla el establecimiento también se llenó", afirma Juan Carlos Valdés. La Semana Santa será temporada alta, aunque luego Valdés estima que volverá a bajar la clientela. "Estos días tenemos mucha gente de Madrid y de León", añade.

Alberto Villa, el responsable del Pandora, prefiere la Semana Santa a las fiestas de San Agustín, en lo que a ventas se refiere. "Viene mucha gente de fuera, quizá por las procesiones, o simplemente para hacer turismo", indica. En su opinión, y Semana Santa al margen, sí que se nota una recuperación económica y más alegría en las ventas, aunque de forma todavía tímida. Para empujar esta bonanza, nada mejor que un tiempo despejado, eventos festivos y actividades feriales y deportivas, añade.

Las buenas perspectivas del sector hostelero van acompañadas estos días de una ocupación hotelera que prácticamente está al completo. El fin de semana pasado ocurrió lo mismo, y hubo turistas que tuvieron que recurrir a ciudades como Oviedo en busca de una cama. El hecho de que Semana Santa coincida a mediados de abril, cuando los días son más largos y calurosos, es un acicate añadido a la reactivación del sector turístico.