La nube tóxica que se originó en las baterías de coque de Arcelor-Mittal de Avilés el pasado lunes y la posterior gestión de la crisis ambiental ha disparado la tensión entre el Gobierno autonómico y la multinacional. El consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, canceló ayer a mediodía la visita que tenía ya confirmada para hoy a la factoría avilesina, donde se va a desarrollar un simulacro con motivo del Día mundial de la Seguridad y Salud. Este choque entre la empresa y la administración se produce en medio de las negociaciones para activar algunas de las inversiones previstas, como la puesta a punto de la coquería gijonesa, que aún está pendiente del visto bueno del Principado al informe de impacto ambiental.

La consejera de Medio Ambiente, Belén Fernández, hizo ayer sus primeras declaraciones tras en el incidente del pasado lunes en la Junta General del Principado, a respuesta de una pregunta del grupo parlamentario de Izquierda Unida (IU). La socialista negó que el Principado haya dado carta blanca a la siderúrgica en materia ambiental. "No puedo permitir que nos acuse de tolerancia e inacción. No creo que la incoación de 19 expedientes a Arcelor desde 2015 hasta hoy sea un indicador de tolerancia", respondió al parlamentario Ovidio Zapico. Ni el Ejecutivo autonómico ni la compañía aclararon ayer dónde y por qué se produjeron los incidentes que han dado lugar a esos expedientes ni el estado en el que se encuentran en la actualidad.

La Consejera destacó que "la complejidad de las instalaciones de la siderurgia es enorme". "No en vano, su autorización ambiental integrada incluye un gran número de instalaciones sujetas a la ley de prevención y control integrados de la contaminación. Además, tiene 75 focos de emisión a la atmósfera, aparte de los numerosos procesos con emisiones difusas, sin contar vertidos, residuos y un largo etcétera. Una complejidad que requiere mucho esfuerzo y dedicación por parte del personal de la Consejería en las labores de control ambiental", explicó.

En este sentido, Belén Fernández se refirió a un "contrato suscrito la semana pasada para prevenir las emisiones de la siderúrgica en condiciones de funcionamiento anómalas, dado que los incidentes que provocan emisiones a la atmósfera son frecuentes", un acuerdo del que no ofreció más detalles.

Fuentes de Arcelor-Mittal explicaron que no se trata de ningún contrato, sino de una "especie de compromiso" que consiste en la elaboración de un mapa exhaustivo de los riesgos que pueden darse en las instalaciones, tanto posibles averías como incidentes ambientales, y poder gestionarlos así de forma preventiva. "Ya lo estamos haciendo", aseveró un portavoz de la siderúrgica.

Belén Fernández incidió en que la nube tóxica que puso en jaque el lunes a la población avilesina "se debió a un fallo en un proceso netamente productivo (la producción de ácido) y no en un proceso ambiental (de control o depuración de las emisiones)", por lo que, a su modo de ver, "la responsabilidad corresponde a la empresa". "Ni la supervisión ni la inspección sobre esos riesgos es competencia de Medio Ambiente", subrayó.

En cuanto al simulacro de esta mañana, en el que también intervendrá el Servicio de Emergencias del Principado (SEPA), se recreará un rescate de un accidentado durante una inspección de cubiertas en la nave del almacén general así como la extinción de un incendio y el rescate de un herido.