La patronal pide "cordura" tras la nube tóxica que alarmó el pasado lunes a la población avilesina y que ha tensado las relaciones entre el Gobierno autonómico y la multinacional Arcelor-Mittal, en plena etapa inversora en Asturias. El secretario general de la Cámara de Comercio de Gijón, Álvaro Alonso, lanzó ayer un "mensaje de tranquilidad y responsabilidad ante los últimos acontecimientos vividos con las emisiones" a la atmósfera de la siderúrgica. "Hay que centrarlos dentro del conjunto de las complejísimas actividades de carácter industrial que Arcelor lleva a cabo en Asturias. Con carácter general, la actividad de la compañía siderúrgica es modélica y ejemplar pese a su gran complejidad", subrayó Alonso, quien valoró que la compañía ha acometido "inversiones millonarias en medidas de protección ambiental en los últimos años".
En Arcelor-Mittal cifran en 75,5 millones de euros esa suma destinada a mejoras ambientales en las baterías de coque de Avilés desde 2012. De esta inversión, 62,5 millones están vinculadas a mejoras para reducir las emisiones, 9,55 con la gestión de vertidos y 3,5 con la de residuos. En lo que se refiere a las emisiones a la atmósfera, 19 millones se destinaron a la sustitución de puertas y marcos de los hornos, 13 a mejoras en los carros de carga, 21,4 a la captación y filtrado de humos del proceso de deshornado y tres millones a la reforma integral de los electrofiltros y lavadores de gas. La multinacional, que según las fuentes consultadas destina tres millones al año al mantenimiento de la coquería avilesina, lleva pagados en dos años 740.000 euros en multas por contaminar y tiene abiertos en la actualidad otros once expedientes susceptibles de acabar en sanción. Por cada expediente que acaba en multa, paga una media de 100.000 euros.
Para la Cámara de Comercio gijonesa "no se puede sacar de contexto" el incidente registrado el lunes en la factoría de Avilés (que se desencadenó por el fallo en una sonda). Álvaro Alonso trasladó un "mensaje de apoyo y confianza a la compañía en la actividad industrial que desarrolla en Asturias, de altísimo valor añadido y de una evidente creación de riqueza y de empleo". La multinacional está pendiente de recibir el visto bueno ambiental del Principado para emprender las obras en las baterías de Gijón, que jubilarán a las de Avilés en 2019-2020. "Las baterías de Gijón son una inversión fundamental para el futuro de la compañía en Asturias. Las decisiones que toma una empresa seria y responsable como ésta no son fruto de actuaciones impulsivas. Administraciones, empresas colaboradoras, trabajadores y opinión pública tenemos que poner lo mejor de nosotros mismos para conseguir que las instalaciones de Arcelor-Mittal no solo se mantengan aquí, sino que siga invirtiendo y diversificando productos", concluyó Alonso.
Para Podemos, en cambio, el Principado no está siendo lo suficientemente beligerante con la multinacional. "El Principado sigue una tónica habitual: ser muy débil con los poderosos, con las grandes empresas. Me hubiera gustado una respuesta más contundente del Gobierno asturiano, que le dijera a Arcelor que no puede tratar a Asturias como la Chechenia española, decirle a Arcelor que invierta. Cuanto menos invierta más fácil es que deslocalice", aseveró ayer en un acto en Avilés el secretario general del partido en Asturias, Daniel Ripa. "Hacía 30 años que no vivíamos algo así. Se debe a unas infraestructuras obsoletas", dijo la eurodiputada Tania Sánchez.
