La temporada de la angula tocó a su fin a mediados de marzo y, de acuerdo a los tiempos marineros, ahora es el momento del bonito. Si bien los barcos asturianos llevan años adelantando su cita con las Azores, esta vez el "Esmeralda III" abrirá la campaña antes que nunca. El armador de Oviñana y patrón mayor de la cofradía de Avilés, Fidel Álvarez Garaot, prevé zarpar a lo largo de las próximas horas con el "Esmeralda III" en busca de esos túnidos de importante valor comercial. Quiere ser el primero un año más -y ya va una década- en traer al puerto de Avilés los primeros ejemplares de la temporada y contribuir así a cimentar una tradición comercial de gran repercusión como es la venta en la lonja local del que se ha bautizado como "campanu del mar". El pasado año el primer bonito del Cantábrico se subastó a 200,80 euros el kilo, un precio que pulverizó todos los récords.
"De momento no sabemos dónde están los bonitos porque somos los primeros que vamos hacia las Azores así que no tenemos ni idea de lo que nos vamos a encontrar", confiesa el patrón mayor de Avilés, que confía, como sus colegas, en que la temporada de bonito dé de sí. "Queremos salvar el verano, por lo menos", señalan. El pasado año la campaña bonitera dejó a los pescadores asturianos con mal sabor de boca. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ordenó en septiembre y por primera vez en la historia el cierre precautorio de la costera del bonito del Norte en el Océano Atlántico a la vista que los pescadores estaban llegando a la cuota máxima permitida. Lo habitual es que esta costera se alargue hasta finales de octubre y comience en junio. Menos para Garaot y un colega vasco con el que suele encontrarse en alta mar, el patrón del "María Digna Dos".
El "Esmeralda III" inauguró el pasado año la costera con el desembarco de 4.000 kilos de bonito. A lo largo de la temporada, en la rula de Avilés se pusieron a la venta unos 743.445,75 kilos, casi un veinte por ciento menos que un año antes, en 2015.
