Dependiente en sus orígenes de la empresa Cristalería, el actual colegio Principado es una cooperativa de trabajo asociado y un centro concertado laico "sin ningún tipo de cuota", señala Rosa Carreño, directora del centro situado en Jardín de Cantos. A estos dos aspectos singulares, la docente añade un tercero: el trato individualizado. "Es una de nuestras señas de identidad", dice, para explicar que al tratarse de un colegio pequeño (250 alumnos y 22 profesores) "nos permite conocer al detalle cada alumno y su familia, favoreciendo así el proceso educativo", comenta.
Distribuido en dos alas, el colegio abre sus puertas a las 7.30 horas para recibir a los alumnos más madrugadores -algunos de los cuales desayunan en el centro-, si bien el horario lectivo comienza a las 9.30 horas y concluye a las 16.30 horas -un número elevado acude al comedor-. Por las tardes y en horario extra escolar, ofrece actividades de refuerzo y otras de carácter social y deportivo: kárate, robotics y fútbol, especialidad esta última en la que el Principado es un referente en Avilés ya que atesora una larga lista de títulos. Prueba de ello son los numerosos trofeos que acumula y exhibe con satisfacción en las paredes del edificio.
La música es otra de las actividades en las que destaca el Principado. Cuenta con una escuela dependiente de la Enrique Truán de Gijón, con profesores que se desplazan a Avilés y que también realizan exámenes oficiales. "Tiene mucha aceptación entre los alumnos, que empiezan con música en movimiento para tiempo después acercarse a los diferentes instrumentos", explica Rosa Carreño, que también hace un análisis sobre los recortes que sufrirá la educación concertada en la región: "El momento es delicado para todos".
Además de esta disciplina artística, otra apuesta del colegio es el inglés. Por ello, ultima los detalles para poner en marcha un proyecto de inmersión lingüística por el que el 50 por ciento de la formación que recibirán los pequeños de Educación Infantil se ofrecerá en este idioma. "Comenzará el próximo curso y a Primaria llegará un poco más adelante. Tiene como finalidad sentar las bases a proyectos bilingües futuros", relata Silvia Martín, secretaria del colegio en el que los alumnos visten uniforme: pantalón gris o falda de Príncipe de Gales, polo blanco y jersey azulón con el escudo del colegio.
La dirección optó por esta vestimenta tras una propuesta planteada a los padres y aprobada por la mayoría de las familias. "Ahora es obligatorio hasta tercero y cada año vamos incorporamos un curso", indica la docente. "Para que no supusiera un gasto elevado para las familias buscamos un modelo básico. Además, contamos con un banco de uniformes, de forma que reunimos aquellos que van quedando pequeños y están en perfecto estado para ser utilizados por otros alumnos", aclara la directora. Igualmente, el colegio cuenta con un banco de libros, cuyo funcionamiento sigue las mismas líneas que el de uniformes, y tiene como objetivo aprovechar los textos y ayudar a las economías de los padres que este año no están constituidos en asociación.
