La parroquia de Laviana no era lo que es hace siglos. Esta zona rural contaba en el Neolítico con el túmulo de Los Gallos, en una de las lomas próximas al actual polígono de Maqua. "Era un sitio prominente que se usaba como lugar de enterramientos", explica el investigador Ricardo García Iglesias, que ayer impartió una charla sobre las construcciones desaparecidas en la parroquia dentro de los actos de las jornadas culturales celebradas en el centro social de la localidad.

García Iglesias habló también de la fortaleza que presidía en San Juan de Nieva, junto a la desembocadura de la ría y para la que hizo una infografía en la que se detalla una gran torre de vigilancia. "La zona cuenta además con un importante castro, el Canto La Figal, que está sin estudiar y del que aún pueden apreciarse restos arqueológicos. Hay historiadores que dicen que la mejor manera de preservarlo es no tocarlo", señala el experto, que insiste en que las instalaciones industriales que comenzaron a instalarse en la parroquia a lo largo del siglo XIX alteraron poco a poco el paisaje. Ese es el caso de la construcción del viejo astillero, ubicado junto al lugar que tiempo atrás había ocupado la iglesia de San Juan de Nieva.

La construcción de Endasa a primeros de los años cincuenta del pasado siglo también alteró el paisaje, sobre todo, cuando el poblado homónimo con pisos en altura sustituyó a la casa que ocupaba el solar. "Desapareció Casa Pablo con la construcción del Teleférico, varias casas con corredor, el chalé de Maqua, el chalé de Ibáñez, un molino de Las Aceñas", enumeró el ponente de la charla que llenó el salón del centro social de Laviana.

Ricardo García Iglesias destacó además la importancia de la arquitectura rural de la parroquia, entendida por la gran cantidad de hórreos y paneras que han resistido el paso del tiempo y han visto como ha cambiado el paisaje natural de la ría de Avilés. "En Laviana, también hay vestigios de antiguos caleros, de forma circular y marcados en el terreno", concluyó el investigador.