Los vecinos de Santiago del Monte temen por la vida del roble centenario que hay en las inmediaciones de la iglesia y que tiene un fuerte carácter simbólico por su emplazamiento y por su antigüedad . El ejemplar es uno de los diez robles catalogado en el "Inventario de árboles y bosques notables del concejo de Castrillón" que elaboró hace unos años el grupo "Mavea". Los vecinos, preocupados, demandan la toma de medidas para evitar la muerte del "quercus robur".
"Está lleno de yedra y si no se quita, esa planta trepadora acabará estrangulando uno de los árboles más importantes de Asturias. La yedra matará a este ejemplar centenario en pocos años", señaló el concejal de Foro y vecino de la parroquia Víctor Fernández. Los vecinos quieren que algún experto en botánica analice el estado del árbol y asesora sobre qué medidas hay que tomar para garantizar su supervivencia. "Es un problema que hay que solucionar con urgencia", recalcó Fernández.
El diámetro de la copa del roble de Santiago del Monte es de unos veinte metros y el perímetro del tronco alcanza los seis metros. Los expertos sostienen que su estado de conservación no es muy bueno pues apenas conserva copa y ya hace años que advirtieron de los problemas que está causando la yedra que ha colonizado el árbol.
En el "Inventario de árboles y bosques del concejo" Mavea destaca la existencia de 34 árboles singulares en Castrillón y 16 manchas arbóreas de entre una y dos hectáreas. Además de diez robles notables, el informe incluye ocho castaños, cinco madroños, tres laureles, tres olmos, dos arces, un acebo, un tilo y un acebuche. Los tres olmos en buen estado que hay en el municipio se encuentran en Piedras Blancas, uno de ellos en el parque La Libertad y los otros dos en Las Castañalona. Son ejemplares de más de 20 metros de altura. El informe de Mavea se realizó con el objetivo de catalogar los árboles y bosques notables para poder protegerlos. De los 16 bosques inventariados ocho son alisedas, cinco mixtos (principalmente robles y castaños), un castañal, una sauceda y un madroñal.
