Un conductor kamikaze y bebido sembró ayer el caos en el centro de Avilés, concretamente en la calle del Muelle, a donde accedió en sentido contrario supuestamente desde Llano Ponte y donde chocó contra otro turismo. El suceso ocurrió minutos antes de las nueve de la mañana, en plena "hora punta". Se da la circunstancia de que los lunes -especialmente los lluviosos, como fue ayer- el tráfico se multiplica a primera hora por la celebración del mercado semanal en la plaza de abastos Hermanos Orbón.

El conductor kamikaze, natural de Cantabria y de 37 años, colisionó con un turismo que circulaba correctamente por el Muelle. La aparatosidad del siniestro y las características del mismo obligaron a la Policía Local a cortar el tráfico en la glorieta de Los Oficios durante aproximadamente una hora, lo que ocasionó importantes retenciones de tráfico. En el siniestro resultó herido el conductor que circulaba en sentido contrario -fue trasladado en ambulancia al Hospital San Agustín en estado semiinsconsciente-, su acompañante -una joven de 23 años embarazada de cinco meses, siempre según fuentes próximas a la investigación- y el conductor del otro vehículo implicado, un corverano de 49 años. Todos fueron derivados al complejo sanitario avilesino si bien su pronóstico es favorable.

El conductor cántabro circuló unos pocos de metros en dirección prohibida, desde la plaza de Santiago López hasta aproximadamente el número 26 de la calle del Muelle, donde colisionó con el vecino de Corvera que circulaba correctamente hacia el centro de Avilés. Ambos vehículos implicados, con importantes daños estructurales, fueron retirados de la calzada alrededor de las diez de la mañana, cuando se restableció el tráfico, que controló la Policía Local de Avilés. Al conductor kamikaze se le imputan ahora dos delitos: conducción temeraria y bajo la influencia de bebidas alcohólicas.

El suceso generó gran expectación tanto entre los conductores que resultaron "atrapados" en el atasco como entre los viandantes, que apenas daban crédito a lo ocurrido en el centro de la ciudad a plena luz del día.