La empresa avilesina que impulsó en 2014 en Miranda un taller de fabricación de microcaravanas ha lanzado una específica para personas con discapacidad que presentó ayer en La Curtidora, donde la sociedad tiene sus oficinas. La firma, con cinco socios, echó a andar por la afición a la acampada de unos y la necesidad de diversificación del negocio de otros. Ahora, con el viento a favor, la demanda de sus remolques acondicionados para hacer vida como un caracol les ha llevado a tener que ampliar instalaciones. "Las primeras (minicaravanas) salieron a cuentagotas, pero cuanto más se ven por la carretera más te llaman. Después del verano ampliaremos el taller. Pasaremos de los 200 metros cuadrados actuales a 400", explicó Raimundo Villoldo, uno de los socios de la empresa.

Las microcaravanas se realizan a capricho del cliente. La que ayer se presentó en La Curtidora responde a las necesidades del catalán Françesc Baselga, que colaboró con el diseño del primer modelo para clientes con movilidad reducida: "Viví en una autocaravana pero dadas mis limitaciones cada vez me resultaba más complicado subir y bajar. En el mercado hay caravanas adaptadas, pero no tan completas como estas, te puedes manejar tu solo".

La puerta de estos remolques habitables para personas con discapacidad es entre 15 y 20 centímetros más grande que la del modelo estándar y está a la altura de la silla de ruedas, para que el paso al interior del remolque sea muy sencillo. Las ruedas están equipadas con un dispositivo que se acciona mediante un mando a distancia. "En cuanto el cliente llega a un camping puede aparcar el remolgue con ese mando", explicó Villoldo. En el interior hay agarraderas y puntos de apoyo para facilitar los movimientos, y todos los complementos (la mesa extraíble, la nevera, la ducha) se encuentran "al alcance de la mano desde la silla de ruedas".

El nuevo prototipo es un proyecto que ha contado con financiación del Programa Operativo Fondo Social Europeo de Asturias 2014-2020 para el apoyo a la consolidación empresarial. La homologación (esas microcaravanas pueden rodar por toda Europa) corrió a cargo de la empresa MT Ingenieros.

"No damos abasto. Hemos perdido de vender entre diez y veinte caravanas para este verano porque encargos de mayo no los podíamos entregar hasta octubre o noviembre. Nuestro plazo de entrega está entre cuatro y seis meses", explicó Villoldo, que ya ha mandado a Francia una docena de sus caracoles rodantes.