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La exmujer de Grueso pide que Woody Allen y José Andrés declaren por el Niemeyer

J. P. defiende que colaboró de forma altruista con la Fundación El exsecretario de la entidad sostiene que nunca formuló las cuentas

La exesposa de Natalio Grueso (J. P.) quiere que el cineasta neoyorquino Woody Allen, el cocinero José Andrés y el escritor Paulo Coelho declaren como testigos en el juicio del "caso Niemeyer" para demostrar que no cometió delito alguno. La mujer, que afronta una pena de dos años y medio de cárcel como presunta cómplice de un delito continuado de malversación, expone en su escrito de defensa que colaboró "de forma desinteresada y altruista" con la Fundación del Niemeyer y que desconocía que los viajes en los que participó junto a su entonces marido, en los que despachaba con los artistas y famosos que visitaron Avilés, acabaron siendo sufragados por las arcas del centro cultural.

El abogado Luis Tuero expone en el escrito de defensa que su clienta "ha ofrecido desinteresadamente a la Fundación su experiencia como experta en el desarrollo de estrategias transnacionales, así como sus relaciones sociales y personales, en calidad de consorte de Grueso", exdirector del proyecto cultural. La Fiscalía concluyó que la pareja viajó por medio mundo a costa del centro. Pero los viajes de Grueso y J. P. eran ya una tradición cuando el primero trabajaba para la entonces Fundación Príncipe de Asturias. "J. P. realizó entre los años 2001 y 2006 idénticas labores de acompañamiento y relaciones públicas con los galardonados de los Premios Príncipe de Asturias, cuando Natalio Grueso desempeñaba el cargo de director de relaciones internacionales de la Fundación", expone Tuero. Fue entonces cuando la ahora investigada entabló "relación de amistad personal con Woody Allen y con su mujer", una cercanía que según el letrado influyó en que el neoyorquino rodase en Asturias escenas de la película "Vicky, Cristina, Barcelona".

J. P. sostiene que era su esposo el que se encargaba de la organización de los viajes y que su presencia en esos traslados "era conocida por los patronos de la Fundación, el Ayuntamiento de Avilés y el Principado". En su escrito, además, detalla los viajes en los que participó "que resultaron pagados por el Niemeyer" y los frutos que dieron. Así, por ejemplo, se refiere a un viaje a Nueva York para visitar a Woody Allen en el que el escritor Normal Mailer aceptó formar parte del comité asesor del Niemeyer; un viaje a París de 2007 fue para visitar a Coelho, que aceptó realizar en Avilés los actos del 20 aniversario de "El Alquimista"; el viaje a El Cairo y Amán en 2008 sirvió para preparar la visita de los actores Omar Shariff y Farah Hamed... y así hasta 21 viajes. Para probar su versión, J. P. pretende que declaren también como testigos en el futuro juicio por el "caso Niemeyer" Lawrie Miffling ("The New York Times"), los cantautores Luis Eduardo Aute y Joan Manuel Serrat y el pintor Hugo Fontela. J. P. asegura que los viajes particulares que pagó el Niemeyer sin que lo supiese o sospechase ascienden a 5.209 euros.

También el exsecretario de la Fundación del Niemeyer, José Luis Rebollo, presentó ayer su escrito de defensa. En líneas generales sostiene que nunca "contabilizó, ni formuló las cuentas" de la entidad, "ni las presentó ni pudo presentarlas a su aprobación al patronato ya que no era su función". Afirma que "jamás" fue consciente de más irregularidad que "el desorden y falta de sistemática del proveedor Viajes El Corte Inglés" y que "de todas sus actuaciones y conclusiones, y de muchas otras cuestiones, informó continuamente a la presidenta y vicepresidenta del patronato". "El patronato nunca quiso establecer procedimientos de control", asevera Rebollo, que pide que declare como testigo la actual consejera Dolores Carcedo. La Fiscalía pide para él dos años y tres meses de cárcel como cooperador de un delito societario.

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