Fin a casi cinco meses de conflicto en los puertos españoles. Los sindicatos de estibadores y la patronal Anesco alcanzaron ayer un acuerdo que pone fin a la crisis abierta por la liberalización del sector. La patronal subrogará a todos los trabajadores como paso previo a la negociación del nuevo convenio colectivo y los estibadores garantizan a cambio la paz laboral en los puertos. "Estamos satisfechos", se limitaron a señalar ayer los estibadores del puerto de Avilés, ahora a la expectativa de las negociaciones del convenio que comenzarán en cuestión de días con las empresas consignatarias. La parte patronal asturiana también respira con alivio al ver que se allana el camino para recuperar la normalidad en los muelles de Avilés y El Musel.

"Es una buena noticia para la estiba y para todo el sector", manifestó al término de la reunión con Anesco Antolín Goya, dirigente de la Coordinadora de Trabajadores del Mar. Los empresarios transigen con la subrogación de los estibadores antes de acometer un ajuste en este colectivo a través de prejubilaciones voluntarias. Los estibadores, en tanto, aceptan que se acometa un ajuste en las plantillas de aquellos puertos en los que haya excedentes mediante esas prejubilaciones, ratifican su compromiso de reducir un 10% sus salarios y aceptan pactar con las empresas medidas operativas y de organización de trabajo para mejorar la competitividad de los puertos.

Las dos partes comprometen un periodo de estabilidad en los muelles para poder abordar la negociación del convenio, que emprenderán la próxima semana y esperan concluir a finales de septiembre. Quedan suspendidos así todos los paros que había convocados para los próximos días. El acuerdo pone fin al conflicto surgido en el sector portuario hace cinco meses, cuando el Gobierno anunció una reforma de la estiba con el objetivo de liberalizarla, adaptarla a la normativa europea y evitar así una multa de la Unión Europea que aún colea.

Han sido casi cinco meses de reuniones, primero a tres bandas (Gobierno central, patronal y sindicatos) y después en el marco de la negociación colectiva, que finalmente derivaron en paros intermitentes en los puertos durante tres semanas de este mes de junio. Estas movilizaciones causaron unas pérdidas de 150 millones de euros y el desvío de algunos tráficos de mercancías de los puertos españoles, según el Ministerio de Fomento. Las consecuencias fueron mínimas en los muelles de Avilés y El Musel, en los que trabajan 90 estibadores.