La modernización de la oficina de Correos en Avilés, ahora ubicada en la plaza de la Merced, ha tenido un "olvido" capital, a juicio de los usuarios: carece de un buzón tanto en el exterior del edificio como en el interior para depositar las cartas que ya tienen sello o están prefranqueadas. Y que recojan esas misivas en la nueva oficina depende de la disposición que tengan los trabajadores. "A mí me mandaron usar los buzones que hay en la calle", se quejaba ayer Jesús Rivas, uno de los afectados por la nueva política de Correos.

"En otras oficinas tienen un capazo para depositar las cartas, pero aquí nada. Esta es la primera oficina que carece de buzón y si este va a ser el modelo del resto, pues no lo veo. La verdad es que no tiene mucho sentido lo que han hecho", criticó el usuario de la oficina. El buzón más cercano a la oficina está a unos 150 metros: en la intersección de las calles González Abarca con la Cámara, detrás de la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery. También hay otro en el parque del Muelle, cerca de la calle de La Muralla.

La nueva oficina de Correos parece más pensada "como tienda que para atender todas las necesidades de usuarios y trabajadores", lamentaron otros usuarios . Y es que el espacio disponible que tienen los empleados para apilar todos los sobres y paquetes que llegan a lo largo del día a la única sede que hay ahora en el centro de la ciudad es mucho menor que el de las anteriores ubicaciones: en la calle de La Ferrería y junto al parque de Las Meanas.

Las instalaciones postales avilesinas son las que van a servir de modelo a las oficinas que abra o reforme la empresa Correos en toda Asturias; en septiembre está prevista la de Oviedo. El nuevo concepto de negocio se centra "en la atención personalizada". Para ello, han creado la figura del "embajador postal", que será el encargado de facilitar la visita de los clientes. Por la sede avilesina pasan, de media, unas 700 personas al día. Los que vayan con carta con el sello puesto, que se abstengan.