Cuanto más se sabe de las circunstancias que rodearon el ahogamiento el pasado martes del niño praviano de cinco años Izan Álvarez Pérez en la granja-escuela de La Bouza, más preguntas saltan en torno a la tragedia. Y es que si bien en un primer momento se había especulado con que el pequeño se hallaba fuera del recinto acotado como zona de baños y por alguna razón en principio desconocida accedió al mismo sin que nadie se apercibiera y acabó dentro del vaso con el fatal desenlace conocido, ahora ha trascendido por fuentes de la investigación que el grupo del que formaba parte el niño, integrado por 17 menores, se encontraba dentro de la zona vallada que delimita la piscina y realizando actividades propias de ese espacio. Asimismo, junto con los niños y al cargo de los mismos estaban dos monitoras, tal y como informó ayer LA NUEVA ESPAÑA.

La piscina "grande" de la granja-escuela La Bouza mide aproximadamente 12 metros de largo por 6 de ancho y el recinto vallado en el que se ubica amplía esas dimensiones hasta unos 25 por 10 metros. Dado ese escenario, la muerte por ahogamiento del niño praviano ocurrió en un área de unos 250 metros cuadrados y mientras le rodeaban otros 16 menores y dos adultos. Y ninguno lo vio hasta que fue tarde.

Lo ocurrido dentro de la piscina antes del ahogamiento, así como la legalidad de la instalación y la capacitación del personal al cargo de los niños son tres de las principales líneas de trabajo que tienen abiertas los investigadores de la Guardia Civil. En este sentido, ayer se tomó declaración en el cuartel de Soto del Barco y en calidad de testigo a la monitora que el miércoles sufrió una crisis que le impidió testificar. Fuentes oficiales, sólo comentaron que su testimonio fue "similar al prestado anteayer por su compañera de trabajo", reservándose por motivos de la investigación abierta hacer públicos los detalles de las explicaciones que ambas ofrecieron sobre la causa del ahogamiento de Izan Álvarez Pérez.

También pasó ayer por el cuartel de Soto del Barco, en su caso en calidad de investigada, Conchita González, directora desde el mismo día de su apertura al público de la granja-escuela de La Bouza. Llegó acompañada de un abogado y se acogió a su derecho a no declarar, con lo que ninguna luz arrojó sobre los hechos que se tratan de esclarecer.

Por lo tocante a la vía de la investigación abierta para verificar el grado de cumplimiento de todos los requisitos legales, administrativos y laborales en la granja-escuela de La Bouza, los agentes siguen analizando la documentación recabada sin haber llegado aún a ninguna conclusión definitiva.

La madre recibe el alta

La madre recibe el altaElena Pérez, la madre del niño ahogado, recibió ayer el alta médica en el Hospital San Agustín tras un ingreso de casi tres días motivado por la crisis de nervios que sufrió al conocer la muerte de su primogénito y el temor a que semejante shock perjudicara al bebé en camino, pues la mujer está embarazada de seis meses. En medios próximos a la familia dicen estar también preocupados por el padre del crío, que se halla moralmente hundido.

El dolor que atenaza todavía a los concejos de Soto del Barco y Pravia por la tragedia ocurrida en la granja-escuela de Riberas cobró ayer carácter oficial en los plenos municipales de Pravia, de donde era el niño, y Soto del Barco. En ambos se guardaron sendos minutos de silencio como señal de duelo. En el Ayuntamiento de Soto del Barco, la sesión comenzó con la lectura de una declaración de condolencia por el fallecimiento de Izan Álvarez Pérez. "Este hecho ha conmocionado a nuestro concejo y a todo el país", señaló el alcalde, Jaime Menéndez Corales, para apuntar que, tras conocerse la noticia, tomó la decisión de decretar dos días de luto oficial "como muestra del dolor y de solidaridad con la familia en nombre de todos los vecinos del concejo".